La tranquilidad de Llano Grande, del cantón de Mora en San José, se alteró cuando una abuelita, que descansaba en paz en el cementerio de la comunidad, comenzó a manifestarse hasta en fotografías porque estaba molesta. El motivo: sacaron sus restos para trasladarlos a otro lugar del camposanto.
Esta historia tiene cuatro elementos: una fotografía, una exhumación, la presencia del grupo paranormal “Tiquicia entre Tumbas” y la intervención de una medium (persona que tiene las facultades mentales paranormales que le permiten comunicarse con los espíritus del más allá) para tranquilizar a la abuelita porque no había quien le bajara el enojo que tenía.
Un vecino, quien prefirió que no apareciera su nombre, nos confirmó la insólita situación ocurridoa a finales de marzo.
Nos dijo que un muchachillo del pueblo tomó una foto en ese cementerio con su celular, lo hizo porque le pareció ver un gato. Cuando revisó la foto quedó pasmado porque había una figura como de una viejita.
“De acuerdo a lo que se habla en el pueblo, una señora mayor, una abuelita, que estaba enterrada junto al papá, fue exhumada para enterrarla junto a quien fue su esposo, hasta ahí todo bien.
"La bronca se da al momento del traslado de los restos, se hizo en una bolsa negra y el ataúd lo quemaron fuera del cementerio, en una calle que está a la par y eso provocó que la señora se enojara y la gente comenzara a verla en fotos y a altas horas de la noche en el cementerio. Ella tiene como 20 años de estar enterrada ahí”, comentó del vecino.
Detectada con equipo especial
Con la foto como evidencia y la explicación del vecino, el equipo de Tiquicia entre tumbas viajó al cementerio de Llano Grande de Mora, fueron Federico Vargas e Israel Barrantes, también fue la medium, quien prefiere que la identifiquen como Agnus.
Llevaron el K2, instrumento que mide campos electromagnéticos por medio de tacto presencia y el detector de fantasmas que se usa para comunicarse porque detecta señales de audio, además, grabaron con cámara de video su estadía en el cementerio.
“Desde que llegamos nuestros instrumentos comenzaron a detectar algunas presencias, entre las que estaban la de la señora, también un señor y un niño. En el transcurso de la investigación, después de 10 minutos de haber iniciado, con los instrumentos de grabación de sonidos, escuchamos como que dijeron ‘no’ muy fuerte y profundo.
“Conforme pasaba el tiempo tomamos fotografías, logramos detectar bastante energía y orbes (espíritus que se manifiestan en forma de luz), Agnus nos dirigía porque ella sentía las energías. Comenzamos a hacer preguntas para saber si había alguien con nosotros y confirmamos que sí, el instrumento K2, que detecta energías, nos lo confirmó, en todo momento los instrumentos captaron a la señora, con la energía y con algunos audios”, aseguró Federico.
Muy enojada
Agnus explicó que desde que llegó al cementerio sintió de inmediato a la señora, también a un señor y a un chiquito. Sobre la señora, le sorprendió demasiado que la sintió muy enojada, estaba chiva.
“Yo me senté en medio cementerio, con la tranquilidad de la noche y la ayuda del silencio para entender bien lo que la señora quería contarme. Pude comprender su enojo, ella me dijo que estaba muy disgustada porque quería quedarse donde la enterraron primero.
“No soportaba que el ataúd en que fue enterrada lo quemaran fuera del cementerio, porque las cosas de un cementerio deben permanecer en el cementerio, cuando se sacan y se manipulan provocan enojo de las almas”, explicó Agnus.
La medium luchó por tranquilizar a la señora, quien le preguntaba a cada rato “¿por qué no me dejaron quedita donde estaba? ¿Por qué no me dijeron nada? Me sacaron sin advertirme”.
“Hablé con ella, que estaba presente en forma de orbe, y le expliqué paso a paso lo que había sucedido, que no tenía que estar tan enojada, que se tranquilizara, que nada se hizo por mala voluntad. Por dicha se tranquilizó y se le acabó el enojo”, aseguró la medium.
Otras dos almas atadas
Federico e Israel, de Tiquicia entre Tumbas, confirmaron con sus instrumentos la presencia de un hombre y un niño.
“Después de nuestra presencia en el cementerio me dijeron que en ese cementerio se cuenta la leyenda de un señor de nombre Jenaro y su hijo que viven ahí y mucha gente los ha visto, pero la verdad, yo no sentí que sean padre e hijo, don Jenaro no es el papá de ese niño.
“Dicen que fue un hijo que se le murió a Jenaro, pero no es así, de hecho, ese chiquito no tiene raíces en ese cementerio, Jenaro sí”, aclaró Agnus.
Además, dijo que Jenaro le pidió que le ayudaran a pasar el umbral porque ya quería que ambos dejaran el cementerio, les ayudé a pasar, le expliqué a Jenaro que debía soltar todas las ataduras terrenales para lograr pasar y él le ayudó al chiquito, por dicha los dos pasaron al otro lado”, aseguró la medium, quien desea volver para confirmar que la señora, Jenaro y el chiquito están donde deben, entre los muertos y no de un lado para el otro entre los vivos.