Como en la familia había dos hijos varones una monja le dijo a doña Lidia Monge Chacón que iba a pedirle mucho a Dios para que a ese hogar llegara una hermanita.
Cuando doña Lidia tenía tres meses de embarazo otras tres monjitas llegaron a su casa y con guitarra en mano cantaron de alegría y le entregaron ese bebito que venía en camino a Dios.
Aquella bebé, por quien desde antes de nacer ya cuatro monjitas habían pedido por ella, nació el 13 de mayo de 1996 en San Josecito de Alajuelita, día que se celebra a Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
La bebé ahora tiene 25 años, se llama Vanessa María Quesada Monge y este sábado 22 de enero realizó la Primera Profesión como religiosa de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, en Guadalajara, México: ¡ya es monja!
Doña Lidia, la mamá, como buena alajueliteña, cuando hablamos con ella, ressumió la vida de su hija en una sola frase: “Es que mi Vanesita nació monja”. Lo dijo llena de amor y de tremenda alegría porque justo la semana pasada cuando conversamos, ya estaba pensando qué ropa iba a llevar a México porque por nada del mundo se iba a perder el matrimonio de su hija con Jesucristo.
“Estoy convencida que el llamado de mi hija fue desde el vientre. La monjita que pidió para que yo tuviera una hija no pidió para que fuese una hija monja, pero sí pidió porque fuese una hija que amara a Dios y ¡se le cumplió!
“También se les cumplió a las tres monjitas que cantaron por mi bebé cuando yo tenía tres meses. Eso pasa poco, no a todas las mamás le cantan tres monjitas, por eso digo que ella nació monja, porque hubo muchas señales desde antes de que me embarazara”, comenta toda orgullosa doña Lidia, hija de Alonso Monge y “Lita” Chacón, de Concepción Abajo de Alajuelita.
Sobre esas señales, esta madre feliz agregó: “Nunca olvidaré que el día que ella iba a nacer me dieron unos dolores tremendos, como no me dieron con mis otros dos hijos, me sentí muy mal y me llevaron en una pura carrera al hospital, antitos de salir, por la carrera, lo único que pude agarrar fue un rosario e iba rezándolo camino al hospital.
“Justo cuando llegué al hospital, ya iba por el último Ave María y en ese momento me dijeron que Vanessa estaba lista para nacer y me nació el día de la Virgen de Fátima. Repito, nunca he dudado que ella sería para Dios y para la Virgen, por eso que se haga monjita es algo muy lógico para la familia”.
El papá, don Uriel Quesada Chinchilla, también estaba alistando sus cosas cuando hablamos con él, porque junto a su esposa se fueron desde este martes 18 de enero para Guadalajara. Él, más feliz que hormiga en popi, recordó que Vane, como le dice de cariño, nació servidora de la Iglesia.
“Desde los cinco años ya estaba ayudando en el altar de la iglesia de Concepción de Alajuelita. Fue en ese altar de Concepción donde sintió el llamado de Dios y fue sirviéndole a Dios que me dijo que quería ser religiosa, algo que me llenó el corazón de mucha alegría y agradecimiento a Dios”, recordó don Uriel.
El matrimonio alajueliteño viajó a Guadalajara con mucha ilusión.
“Vamos con una tremenda alegría porque, así como nosotros le entregamos nuestra hija a Jesucristo, ahora ella se le está entregando por completo”, comentó el papá.
A los pies de Cristo. A pesar de que estaba muy ocupada en México por todos los preparativos del evento religioso y que debe cumplir con un estricto horario de oraciones, pudimos hablar esta semana con Vanessa vía WhatsApp.
Recordó cuando era bien chiquilla y pasaba mucho tiempo en Concepción Abajo de Alajuelita porque la familia tenía una pulpería que se llamó como ella, Vanessa, entonces pasaba ahí horas ayudando, estaba justo frente a la escuela.
“Ahora, ya con 25 años, vieras que lindo es entender que desde antes de que yo estuviera en el vientre de mi mamá ya algo se estaba moviendo en la dirección de Dios, algo distinto. Claro, no fue algo que entendí desde el principio, ha sido un proceso que principalmente nació y floreció en mi corazón.
“Saber que cuatro monjitas rezaron por mí me hace comprender que ya desde el vientre hubo una experiencia de Dios, de pertenecerle a él, por eso es que poco a poco fui comprendiendo esa atracción tan grande que siempre he tenido hacia Dios y la santísima Virgen María”, explica Vane.
“Antes de formarte en el vientre te conocí, antes que salieras del seno materno te consagré”. Esa frase de la Biblia, que está en Jeremías, capítulo 1, versículo 5, es la que le ha ayudado a entender a Vane cómo sí es posible que desde antes de nacer ella ya era de Dios.
Su relación también ha sido íntima con la Virgen María, por eso dice, “su presencia silenciosa y maternal me ha acompañado y me ha guiado al corazón de Jesús y su proyecto de salvación”.
“Teniendo 15 años tuve un encuentro profundo con Dios en el silencio de la capilla de Concepción de Alajuelita, como lo dice Oseas (libro de la Biblia, capítulo 2, versículo 16): “La llevaré al desierto y le hablaré al corazón”, donde experimenté la presencia viva de Jesús en la eucaristía, su tierno amor como fuente de toda plenitud, perdón y compasión, encontrando que la eucaristía es la entrega gratuita y amorosa de Dios por nosotros.
“Fue desde entonces que su amor cautivó mi corazón, después de esto comencé a ir todos los días a misa y así viví el gozo de su presencia, sintiendo así cada vez más fuertemente la invitación de Dios a seguirlo siendo toda de él en favor de la humanidad”.
A inicios del año 2012, Vane inició la búsqueda vocacional y comenzó un acompañamiento con las monjitas Hijas de María Auxiliadora, deseando corresponder al llamado de Dios.
“Ingresé a la congregación (de María Auxiliadora) terminado mi bachillerato en enero del 2015. Estando en el segundo año de formación, en marzo del 2016, sentí fuerte y claramente la llamada de Dios a la vida contemplativa con las palabras ‘te quiero toda para mí, anonádate’, palabras que entraron profundamente en mi corazón y me impulsaron a iniciar un proceso para identificar bien mi vocación.
“Estando en búsqueda de la voluntad de Dios conocí la congregación de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús (RCSCJ) a finales de abril del 2016 y en el instante que entré a la capilla mi corazón que estaba intranquilo por no haber encontrado definitivamente mi vocación, encontró la paz y de inmediato sentí que la espiritualidad era parte de mi vida desde siempre, que aquí pertenecía y que desde la oración diaria y en todo momento mi vida iba a ser muy productiva en favor de la humanidad y para descanso de Jesús”, dice Vane.
El 12 de noviembre del 2017 ingresó a la congregación de las RCSCJ como postulante, el 12 de noviembre del 2018 siguió con la etapa del pre-noviciado y el 6 de enero del 2019 hizo la consagración como novicia.
“Cada una de estas etapas ha ido ampliando mi corazón, el ‘por ellos me consagro’ ha tomado un sentido profundo y mi maternidad se ha ensanchado llevando en mi corazón a la Iglesia en su conjunto y las alegrías y tristezas de esta humanidad.
“Y en el día de hoy (sábado 22 de enero), como parte de la celebración de los 125 años de Nuestra consagración Dios me concede la gracia de consagrarle mi vida toda”, asegura la alajueliteña.
Aumenta la esperanza. La hermana Doris Herrera Rodríguez, también costarricense y quien es de las religiosas de la RCSCJ, desde Los Ángeles de San Rafael de Heredia, nos comentó que ellas están superfelices por la celebración de Vanessa y que esta fiesta religiosa de las vocaciones es para ellas un aumento de la esperanza en que muchas otras jóvenes ticas permitan que, entre todo el ruido del mundo actual, Dios y la Virgencita las llamen a la vida religiosa.
“Lo de Vanessa debe ser una motivación para que muchas jóvenes quieran darse la oportunidad de escuchar a Dios, que consagren su vida a Él. Dios siempre llama, lo que pasa es que actualmente en este mundo hay mucho ruido. Darse la oportunidad de escuchar el llamado permitirá una hermosa vida de oración por el mundo entero”, explicó la religiosa.
Si alguna niña o joven siente el llamado de Dios y desea confirmarlo, puede llamar a las RCSCJ al 2267-6206.
Los papás de Vane nos comparten su sentir al poder acompañar a su hija en este paso tan importante de su vida...🥰🙏
Posted by Religiosas De La Cruz Noviciado on Friday, January 21, 2022
Fe a la cruz
— El 3 de mayo de 1991, en la Casa de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, en los Ángeles de San Rafael de Heredia, se oficializó el Apostolado de la Cruz. Las religiosas de la Cruz se dedican a la contemplación (un estado profundo de oración y relación con Dios) del Santísimo Sacramento y realizan un apostolado por medio de varias actividades como la catequesis, ejercicios espirituales y los retiros.