La familia del Liceo de Costa Rica no ha dejado de llorar la muerte de Sebastián Díaz González, estudiante de esa institución que el 28 de febrero del 2018 perdió la vida al ser atropellado por un tren que pasa cerca del centro educativo.
De hecho, tres liceístas consideran que este será un dolor que llevarán toda su vida en el corazón.
Rusell Soto, Elías González y Ricardo Azofeifa nos abrieron su corazón para recordar un suceso que los marcó para siempre, porque incluso un año después de los sucedido se les arruga el alma al escuchar la pitoreta del tren.
Rusell y Elías, son estudiantes activos, mientras que Ricardo ya no está en la institución pero nos dejó claro y siempre se ha sabido, que todo aquel que estudió en el Liceo de Costa Rica es liceísta por el resto de su vida, porque para ellos no es un asunto de estudiar en un lugar, sino de llevar en el corazón a una institución.
“Yo que era amigo de Sebas y pienso que todo en la vida se basa en seguir adelante. Él era un chico muy bueno en todo, de muy buenos sentimientos, en fin, en todo. Lo que sucedió nunca fue por bullying. Él me contó muchas cosas la última vez que hablamos, si mal no recuerdo fue un día antes del hecho”, aseguró Rusell.
Sebas, un ángel
“Sebas es un ángel y seguirá así hasta el fin de los tiempos, a su familia solo le doy bendiciones y decirles que merecen mi respeto al ser tan fuertes y aguantar los que ocurrió con Sebastián. Espero que estén bien”, agregó Rusell.
Este domingo le trajimos una nota de dos páginas en la que entrevistamos en exclusiva a la mamá de Sebastián (quien este lunes hubiera cumplido 14 años), doña Irma González, quien habló por primera vez desde la tragedia del año pasado.
Elías, por su parte, quiso aprovechar nuestro periódico para enviar un mensaje a la mamá de Sebastián: “De parte de un estudiante de undécimo año del Liceo de Costa Rica: Tanto nuestra institución como nuestra comunidad estudiantil se vio duramente afectada tanto sicológicamente como anímicamente, las críticas no se hicieron esperar y se especuló de forma injusta.
“De parte de un estudiante que compartió brevemente en la institución con su hijo, puedo extenderle mi más sentido pésame y hacerle saber que nuestra posición siempre será de apoyo a su familia en esa lucha diaria y constante para superar la partida de este pequeño ratoncito. Que Descanse en paz”.
Ricardo, mientras tanto, recordó que cuando un estudiante ingresa al Liceo de Costa Rica le explican muy bien que el problema de uno es de todos y que la solidaridad debe ser total, por eso, pese a que ya no está en la institución, él siempre se sentirá afectado por lo sucedido.
“Como exliceísta siento un gran dolor por lo sucedido, por el amor que se te implanta por la institución desde el ingreso. Te enseñan que si es con uno es con todos. Y así se refleja lo que pasó con Sebastián, porque nos sigue doliendo a todos. Mi más sentido pésame para toda la familia, muchas fuerzas”, comentó Ricardo.
Resignación paso a paso
En el caso de Rusell, tampoco quiso dejar de solidarizarse con doña Irma. “Lo único que puedo decirle es que hay que seguir adelante y que todo va a estar bien. Sé que perder a un hijo es duro, pero que sé que él se fue por algo, porque Dios tiene un propósito para todos en esta vida”.
Según estos muchachos, ellos poco a poco han ido superando el impacto del suceso, pues cada vez se habla menos del caso en las reuniones, aunque reconocen que algunos compañeros recuerdan demasiado el asunto. Según ellos, a Sebas lo recuerdan cada vez que están cerca de la línea del tren.
“Cuando regresamos a clases después del accidente, el sonido del tren siempre nos recordaba un suceso que nos dejó consternados, pero gracias a Dios con el tiempo fuimos encontrando resignación a ese sentimiento ten amargo”, dijo Elías.
Para aliviar el dolor
La sicóloga familiar, María Ester Flores, nos da tres consejos para ayudar a los jóvenes a superar la pérdida de un compañero luego de una muerte trágica:
- 1- Ritual. Para estos jóvenes es recomendable que por lo menos una vez al mes hagan un ritual para recordarlo y honrar su memoria. Se reúnen en grupo y cada participante lee algo para él. Cosas como decirle que lo quieren y lo recuerdan y de como están ahora en sus vidas cotidianas para hacer un vínculo continuo y cotidiano. Deben desear que esté bien en el cielo, ya que esto alivia el dolor.
- 2- Recordarlo. Incluir La foto del joven fallecido en el aula para recordar su muerte y el aprender con ello a valorar la vida. También deben recordar la importancia de hablar cuando hay problemas y de tener amigos en quienes confiar y no rendirse.
- 3- Aceptación. Si los amiguitos siguen tristes hay que aceptar ese dolor, es decir, si dan ganas de llorar hay que llorar y sacar la emoción. Decirse en silencio: “acepto el dolor y la ausencia de mi amigo y sé que pasará. Me permito estar triste, pero pasará". Se debe esperar el ritmo natural para conseguir la estabilidad que se busca.