Álvaro Ramos, expresidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), llegó este martes a comparecer a la Comisión Investigadora de la Caja, en la Asamblea Legislativa y reveló algo muy importante.
El economista dio una explicación clara sobre por qué el Gobierno de Rodrigo Chaves insiste en decir que la Caja está quebrada, a pesar de que goza de una excelente salud financiera.
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Cuando Ramos estaba en la Caja decía que la entidad no estaba quebrada, mientras que Chaves aseguraba que sí, algo en lo que nunca se pusieron de acuerdo.
Los análisis de Ramos lo llevaron a tomar decisiones, como, por ejemplo, ejecutar un aumento de salario rezagado que tenía la Caja, lo que provocó el despido del jerarca, ya que los planes del mandatario Chaves eran distintos.
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“La capacidad financiera de la Caja en este momento es extraordinaria, estamos hablando de que el año pasado el excedente de ingresos corrientes sobre gastos corrientes fue de $1.500 millones (¢774.000.000.000) y este año vamos al mismo ritmo o aún más elevado, porque yo revisé los datos del primer semestre en la Contraloría.
“Haciendo una aproximación, solo en 2023 y 2024, estamos hablando de $3 mil millones de excedentes... Cuando uno ve esa generación de flujo puro es obvio que podríamos, sin ningún problema, construir todos los ebáis que faltan, desde el punto de vista financiero”, aseguró Ramos.
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¿Por qué Chaves insiste en que la Caja está quebrada?
“Obviamente debe haber un tema ideológico de fondo, seguramente hay un tema de discurso político, de que si reconocen que la Caja está bien asumen, de alguna manera, la responsabilidad política de que hay que cerrar las brechas existentes de la Caja, de que heredaron suficiente dinero como para resolver los problemas, por lo que si no los están resolviendo es porque dicen que la Caja está quebrada, de alguna manera se blindan políticamente”, dijo Ramos.
“Esto es como cuando matan a alguien y uno dice: bueno, siga el dinero, o sea, ¿cuál es motivo de la muerte?, ¿por qué mataron al hospital de Cartago?, siga el dinero, ¿desapareció?, no, la Caja tiene que agarrar ese dinero que no usó para invertir y lo tiene que usar en bonos de hacienda, entonces estamos hablando de que la paralización de las inversiones está provocando un flujo cautivo para el Ministerio de Hacienda”, agregó.
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Pero el experto no solo habló de ese tema, también dijo lo que piensa, sin pelos en la lengua, sobre el caso Barrenador.
Esa es la investigación de la Fiscalía por el supuesto chanchullo que habría realizado Marta Esquivel, actual presidenta de la Caja, y otros miembros de la junta directiva, en la adjudicación de 138 ebáis, con un sobreprecio de ¢12.400 millones anuales.
Según el criterio de Ramos, la institución cometió “tres pecados capitales” con el tema de esos ebáis.
Para el economista, el primero fue dejar a la Caja sin un reglamento de tercerización. Ramos dijo que había uno con algunas cosas que mejorar, pero luego de que fue despedido, la junta directiva de la Caja, en lugar de modificarlo, lo derogó.
“Por buenas prácticas de gobierno corporativo es un deber reglamentar sus procesos... En el momento en que derogaron el que había y no hicieron uno nuevo, ya ahí había un primer pecado capital”, explicó Ramos.
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El segundo pecado capital, según él, fue ignorar las recomendaciones y posiciones de los equipos técnicos, que advirtieron sobre posibles anomalías en el proceso de licitación. Él dice que la Caja tiene diferentes líneas de defensa para evitar tomar malas decisiones, pero en este caso los directivos no les pusieron atención.
“Ellos (junta directiva) prefirieron desoír las múltiples advertencias que les hicieron las líneas de defensa”, aseguró el exjerarca.
Por último, el tercer pecado capital fue tomar el acuerdo de la adjudicación con una junta directiva incompleta y en un día que no acostumbraban sesionar, algo que da mala espina.
“En una decisión de este calibre y complejidad, yo, como presidente (de la CCSS), hubiera buscado tener a la junta directiva en pleno. Votarlo con solo cinco o seis miembros, me parece un error. Votar algo de esta magnitud sin estar completamente apoyado por la junta directiva es muy delicado”, expresó Ramos.
El economista dijo que la acumulación de esos pecados llevaron al resultado que hoy se conoce: una investigación por parte de la Fiscalía y los procesos penales contra Marta Esquivel y los demás funcionarios involucrados en el proceso.