Geannina Feoli y su socia Karla Chaves son todo un ejemplo de perseverancia.
Este par de amigas se vieron obligadas a cerrar su empresa de textiles por culpa de la crisis económica del 2009, pero se reinventaron y comenzaron de cero en un nuevo negocio, aunque fuera desconocido para ellas.
Ambas tienen 25 años de estar juntas y desde hace 11 abrieron el primer local de El Portón Rojo, en Los Yoses.
Antes de deleitar a la gente con las sabrosas pizzas que venden, ellas tuvieron, durante 15 años, una marca de textiles llamada “No Name”.
Ellas se encargaban de la producción del diseño, la fabricación, la distribución y la venta en la tienda, pero llegó la mencionada crisis y casi las noquea, al mejor estilo de Rocky Balboa, pero no se dieron por vencidas y siguieron luchando.
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En aquel entonces acababan de comprar la casa de Los Yoses --donde actualmente está la pizzería-- y, por necesidad, tuvieron que ponerla en alquiler.
El inquilino que se los iba a alquilar, les pidió que se lo acondicionaran para poner una pizzería abajo y él vivir arriba y que le ayudaran a tramitar los permisos para abrir el local y a la llegada de la hora, simplemente, no apareció más.
Coincidentemente, una amiga de ambas, que era pizzera, se quedó sin trabajo y acudió a ellas por ayuda, por lo que Karla aplicó lo que siempre dice: “Si Dios te da limones, haz limonada”... o en este caso, ¡pizza! y así fue como se lanzaron en esta sabrosa aventura.
“No sabíamos absolutamente nada del negocio de las pizzas, ni de pedidos de comida, ni de cocina, ni nada, porque éramos textileras. Tampoco teníamos plata, pero cerramos la textilera y nos trajimos la mitad de los empleados que trabajaban con nosotros en la fábrica de ropa para no despedirlos (los otros no desearon continuar), y así los que estaban en máquinas comenzaron a lavar platos, el que cosía ahora hacía mesa fría (ensaladas y otros platillos). Ninguno sabía hacer nada de esto, pero todos aprendimos, éramos meseros, y todos éramos de todo”, recordó Geannina.
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¿Cómo nace el nombre?
La historia del nombre del establecimiento también tiene su detalle de creatividad.
La casa que compraron en Los Yoses perteneció al artista y arquitecto Teodorico Quirós Alvarado, uno de los máximos exponentes artísticos de Costa Rica y arquitecto de múltiples iglesias, entre las que destacan la de san Isidro Labrador (Coronado), San Rafael de Escazú y la de Curridabat.
Por eso les sirvió de inspiración y confiesan que para tratar de mantener el ligamen buscaron en Internet los nombres de sus obras más famosas y fue así como surgió “El Portón Rojo”, la cual se encuentra en el Museo de Arte Costarricense y exhiben ocasionalmente en exposiciones importantes.
“Para rendirle homenaje, en las tres sedes tenemos un rinconcito dedicado a él y su obra e, incluso, todos (sus locales) son pizzería y galería, por lo que les abrimos las puertas a los artistas nacionales para que expongan sus pinturas, sin cobrarles nada. Cada mes y medio montamos una exposición diferente donde ellos se encargan de poner el precio y tratar directamente con el cliente”, dijo Chaves.
Algunos, en agradecimiento, les regalan una obra, según admitieron.
Otro detalle que tratan de mantener en cada uno de los locales para darles identidad, son las paredes de ladrillo.
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El de Los Yoses tenía; al de Escazú le pusieron una simulación por estar dentro de Distrito Cuatro y mientras botaban paredes en Pinares, descubrieron que una de ellas era de ese material.
Reto pandémico
El 2020, se presentó otro gran reto, cuando dieron el paso de fe de alquilar otra propiedad en Pinares de Curridabat para abrir el tercer local y tan solo 22 días después, se vino la pandemia.
El 15 de febrero del 2020 estaban firmando el contrato del nuevo local y botando paredes para acondicionarlo y tres semanas después (6 de marzo) estalla la emergencia por el covid-19 y con todo a medio palo.
“Fue un gran susto, ya teníamos un contrato firmado, un adelanto dado y de repente todo se contrae. Ya en junio de ese año pudimos abrir las puertas, pero con muchas restricciones. Solo podíamos vender exprés y hasta las cinco de la tarde y nuestro fuerte nunca ha sido la hora de almuerzo”, recordó Feoli.
Así fue como encontraron en las aplicaciones de pedido de comidas las aliadas perfectas para mantenerse a flote y salir adelante.
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“Uber fue importantísimo, por ser la más fuerte, para que pudiéramos salir adelante sin despedir a ningún empleado, ni mandarlos para la casa o rebajarles el salario”, contó Geannina.
Direcciones
El Portón Rojo, 600 metros este de Walmart Pinares, en Curridabat
Los Yoses, 200 metros sur y 75 este de la Tienda Arenas
Escazú, Distrito Cuatro
Horario de 11:30 a. m. a 10:30 p. m.