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Aserriceño reparte todos los días en su vespita más de 100 bollos de pan

Un día lo paró un tráfico y le dijo que no sabía si eso era una moto, un cuadraciclo o un carro pequeño

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En verdad que don William Madriz Carranza es un artista. Casi nadie entiende cómo logra cargar su moto Vespa con más de 100 bollos de pan e irse a repartirlos con un equilibrio perfecto y hasta sacándole aplausos a la gente que lo ve llegar cargaditico.

Es vecino de Salitrillos de Aserrí y nos cuenta que comenzó con poquitos bollos, pero poco a poco ha ido aumentando la cantidad porque, gracias a Dios, según asegura, le ha ido muy bien en el reparto de pan por diferentes zonas de Aserrí y Desamparados.

No tiene mucho de ser respartidor de pan, es más, lo suyo era repartir tortillas, pero al quedarse sin el tortillero no lo pensó dos veces para entrarle a los melcochones desde hace unos 8 meses.

William Madriz Carranza es un artista. Casi nadie entiende cómo logra cargar su moto Vespa con más de 100 bollos de pan e irse a repartirlos con un equilibrio perfecto y hasta sacándole aplausos a la gente que lo ve llegar cargaditico.
A las 3:30 de la madrugada ya don William está en pie. (Cortesía)

La Morada, como se llama su vespita, también estaba acostumbrada a repartir tortillas porque fue algo que él hizo durante 30 años, los últimos diez en la cachetona que jamás lo ha dejado botado porque incluso cuando es necesario detiene su moto y él mismo cambia el repuesto y sigue repartiendo.

Bien breteador

“Soy pensionado (tiene 72 años), pero usted sabe que la pensión no alcanza y tengo que redondearme la platica del mes y por eso me puse a hacer servicios exprés en la comunidad y fue así que una panadería me ofreció repartirles su pan a unos poquitos clientes. Así comencé.

“Eran unos cuatro gaticos al inicio, pero poco a poco se fueron sumando clientes y ahora hago dos salidas al día. Empecé poniéndole cajas a la moto, pero que va, se me caía el pan, lo perdía, fue así como se ocurrió amarrarle a la Morada sacos de los de donde viene la misma harina del pan.

“Los amarro bien a las canastas que tengo y ahí me di cuenta que los sacos quedaban bien amarrados y no se me caía ni un bollo”, explica este repartidor que además acomoda cilindros de cartón para que le quepa todavía más pan en cada viaje.

No es panadero, pero tiene horario como si fuera. A las 3:30 de la madrugada ya está en pie y hasta bebido de café porque a las 4 a.m. ya tiene que estar en la panadería para recoger todo el pan del primer viaje del día.

Por más que ha usado su ingenio para aumentar la cantidad de pan que lleva en cada viaje, le es imposible hacer solo uno, es que son demasiadas entregas, por eso le toca doble viaje.

Fiel compañera

Reparte en Salitrillos, San Rafael Abajo y San Rafael Arriba de Desamparados, San Juan de Dios, Santa Teresita. La primera ruta es cortica, sale a las 4 de la mañana y una hora después está cargando ya para la segunda.

William Madriz Carranza es un artista. Casi nadie entiende cómo logra cargar su moto Vespa con más de 100 bollos de pan e irse a repartirlos con un equilibrio perfecto y hasta sacándole aplausos a la gente que lo ve llegar cargaditico.
Es todo un arte como don William carga su vespita para repartir pan. (Cortesía)

Don William trabajó muchos años de mensajero, está casado y tiene cuatro hijos. Lo de andar con su cachetona por las calles haciendo mandados no es nada nuevo para él.

Desde hace diez años tiene una Vespa modelo 80, de 150 centímetros cúbicos, de dos tiempos. Es una moto que don William no cambia por nada.

“Es que las Vespas son motos muy malcriadas, salen demasiado buenas para el trabajo.

“La Morada a mí jamás me ha dejado botado porque como uno consigue repuestos hasta en la pulpería, cuando siento que algo falla busco el repuesto y yo mismo lo pongo. Son motos para trabajo, ellas saben que deben cumplir con todo el horario y por eso no se quejan a pesar de que cargo tanto pan”, explica.

William Madriz Carranza es un artista. Casi nadie entiende cómo logra cargar su moto Vespa con más de 100 bollos de pan e irse a repartirlos con un equilibrio perfecto y hasta sacándole aplausos a la gente que lo ve llegar cargaditico.
Entre semana la motico trabaja, los fines de semana lleva de paseo a don William, pero ya sin sacos ni estañones de cartón. (Cortesía)

Muerto de risa nos contó una anécdota de La Morada.

“En una ocasión iba en carretera y traía atrás un oficial del Tránsito, ya me puse medio nervioso, yo me dije, ‘seguro me va a decir algo por tanto pan’.

“Me dice, ‘hace rato vengo detrás suyo, no sé si esto es un carro, un cuadraciclo o una moto, no sé ni qué es’. Le dije que era mi moto y que andaba ganándome la vida honradamente. Con una sonrisa me reconoció que me la estaba jugando bien, eso sí, me advirtió que tuviera cuidado”, comentó don William, quien nos explicó que a él todo el mundo en Salitrillos lo conoce como Noventa.

Después de cumplir con las dos rutas de reparto, le toca a Noventa disfrutar un buen desayuno, el cual, por supuesto, siempre lleva un bollito de pan de la panadería para la cual trabaja porque a aunque haya repartido 30 años tortillas, le gusta más el pan para el cafecito de la mañana.

Era más que lógico que por el nombre de la moto termináramos hablando de fútbol, este repartidor es un saprissista por los cuatro costados, está convencido de que Saprissa logrará ganar la 38, pero que no será fácil, la gran pelea se la dará Alajuelense en la gran final.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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