A pesar de las advertencias, los encargados del San Lucas Beach Club de Puntarenas quitaron los sellos de clausura del Ministerio de Salud y siguen recibiendo turistas, sin importar que exista una alerta sanitaria contra el establecimiento.
Este martes y miércoles, tanto niños como adultos disfrutaban de la piscina.
Doña Siria Torres, vecina de San José, llegó con su familia este martes. “Yo no sabía de esa orden de clausura, por eso entramos y nos bañamos con normalidad, lo que implica a que uno pueda tener una enfermedad y más que se bañan muchos niños. Yo vi todo ordenado, pero el agua no se ve como al principio que abrieron, (ahora) se ve un poco verdusca”, dijo doña Siria.
El Ministerio de Salud confirmó que el balneario, que queda en la pura punta del Puerto, está clausurado por el incumplimiento de aspectos que ponen en riesgo la salud de las personas.
Además, se indicó que mientras no se den las correcciones necesarias, el lugar se debía mantener cerrado.
Se quiso conocer la opinión de los administradores del centro de recreo, pero al cierre de esta edición no se pudo obtener respuesta de ellos.
Entre los problemas que encontraron los supervisores del Ministerio de Salud están condiciones insalubres en las piscinas por cloro residual deficiente. Por eso se emitieron dos órdenes sanitarias que vencieron el pasado 6 de julio 2017 y el 14 agosto 2017,
Tampoco dan a la talla en el área de restaurante y planta física (elevadores, cielo rasos, servicios sanitarios), según orden sanitaria que venció el 14 de agosto 2017.
En agosto del 2017 también venció una orden sanitaria por condiciones deficientes en la planta de tratamiento debido a personal no capacitado, no disponer los residuos sólidos de manera óptima y por ausencia de reportes operacionales.
Debido a esas situaciones, les quitaron el permiso de funcionamiento el cual tenían desde que abrieron sus puertas en el 2012.
Quejas por olor a podrido.
Está tan fatal el asunto que algunos comercios cercanos al balneario denunciaron olores a podrido que venían del centro de recreo. Según Salud, ese mal olor se debe a que la planta de tratamiento está hecha leña y no tiene los filtros que necesita para el buen funcionamiento de las piscinas.
También se detectaron faltas graves para cumplir con la Ley 7.600, para personas con discapacidad y adultos mayores, ya que no hay barandas y cuentan con lugares muy resbalosos.
Sin embargo, el riesgo más grande no está a la vista. La exministra de Salud María Luisa Ávila, quien es infectóloga, explicó que cuando el agua de las piscinas está contaminada se pone en riesgo la salud de las niños y adultos mayores que son los más vulnerables.
"La gente se podría contagiar con un norovirus, que produce una inflamación en la mucosa del estómago y el intestino, lo que provoca vómito y diarrea. Eso puede afectar más a las personas tienen enfermedades crónicas como la diabetes, adultos mayores o pacientes que estén recibiendo quimioterapia", también aseguró que se pueden presentar brotes en la piel.
Bronca no es nueva.
Pero la bronca no es nueva, Salud obligó a la administración del balneario a poner candado desde noviembre del 2017. "En virtud de lo anterior y dado que no se han subsanado a la fecha las deficiencias detectadas, se procede a la clausura del establecimiento comercial mencionado el día 29 de noviembre 2017, mediante acta de clausura número 002-2017", explica el Ministerio.
Después de noviembre el caso se elevó a la Fiscalía Adjunta de Puntarenas, por desobediencia a la autoridad, debido a que se quitaron los sellos de clausura, explicó la doctora Éricka Jiménez Valverde, directora del área rectora de salud Puntarenas-Chacarita.