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¡Comprobado! Ticos aman los tamales y devoran millones en tan solo tres meses

Cámara Costarricense de Porcicultores reveló que comemos 192 millones de este platillo tradicional en tan solo un trimestre

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De fijo usted conoce a alguien que se encante por los tamales, por lo que desde noviembre es muy común que les empiece a meter el diente para rematar con toda la artillería pesada en diciembre, junto a un delicioso cafecito.

Es por gente tan tamalera, que no le costará creer en la cifra que reveló la Cámara Costarricense de Porcicultores por medio del estudio hecho por la empresa MSD Salud Animal que asegura que entre octubre y diciembre los ticos devoramos 96 millones de piñas, es decir 192 millones de tamalitos hechos con base en masa combinada con otros ingredientes.

Un tamalito con café es un clásico en la dieta del tico.

Es decir, que en promedio, tomando como base que somos cinco millones de habitantes, cada tico se come 38 tamales, es decir 19 piñitas, en cuestión de tres meses. ¿Cumple usted con esa cuota o alguien más se está comiendo su parte?

Una de estas amantes del tamal es Xinia Fernández, una limonense que admitió, que en diciembre manda la dieta a volar y se come una piña en la mañana para desayunar, una en el almuerzo y otra a la hora del café por la tarde.

“No sé ni cuántos me comí este año, pero me salieron 99 tamales, más que en años anteriores que me salían 88″, recordó la caribeña.

En honor a su madre

En nuestro país, la época navideña es la más esperada del año porque es cuando las familias se reúnen para realizar la tradicional tamaleada.

En Costa Rica, en seis de cada diez hogares se mantiene la tradición de cocinarlos, lo cual reafirma la importancia de esta actividad en el país.

Justamente, esta ama de casa continúa con la tradición en honor a su madre.

“Yo siempre la acompañaba a hacer los tamales, pero nunca los hice sola hasta el año después de su muerte (2008) cuando mis hijas me pidieron que los hiciera para continuar la tradición”, explicó Fernández.

Ahora su hija Jéssica y su nieto Mathías, son los que le ayudan a elaborarlos.

Xinia Fernández mantiene la tradición de la tamaleada junto a su nieto. (Cortesía)

En todo lado

A partir del primero de diciembre es inevitable encontrar este icónico platillo típico en la mayoría de los hogares y restaurantes del país a la hora del desayuno, almuerzo o cena, acompañado de un buen café o de agua dulce.

El tamal, del náhuatl “tamalli” que significa “envuelto”, es una parte fundamental de las tradiciones y diversidad cultural de Costa Rica y su origen se remonta a la época precolombina.

Los primeros indicios de este platillo se dan en México y norte de Centroamérica y, por intercambio cultural y comercial, llegó al resto de América Latina. Este era un alimento básico para la población, presente tanto en la vida cotidiana, como en los rituales y las fiestas; principalmente por sus aportes nutricionales, como fuente de energía, de fácil almacenamiento o para ser transportado.

Su preparación varía según la actividad festiva y el rango social, de hecho, se conocen más de 500 formas de elaboración y técnicas de envoltura.

El tamal navideño, por excelencia, es el de cerdo. En sus orígenes el tamal no llevaba ningún tipo de carne, sin embargo, con la llegada de los españoles surgió una variación en la receta, que incluía el caldo de carne como ingrediente principal para cocinar la masa.

“El tamal necesita un lugar especial en la mesa de las familias ticas, cada una tiene su propia versión. En lo que la mayoría coincide es que el ingrediente principal es la carne de cerdo. La versatilidad de la carne de cerdo permite que se utilicen muchos cortes para su elaboración. A los porcicultores nacionales nos enorgullece que la carne que producimos sea el ingrediente principal de esta tradición”, mencionó Luis Diego Rojas, presidente de la Cámara Costarricense de Porcicultores.

Los tradicionales tamales son preparados con base en maíz y arroz achiotado, rellenos de diferentes vegetales como garbanzos, chile dulce y zanahoria; y por supuesto la carne. Todos se envuelven en hojas de plátano y se cocinan en agua hirviendo.

Otros prefieren añadir huevo duro, aceitunas y hasta pasas, lo cual genera controversia entre los más tradicionales.

Los principales ingredientes que hacen tan especial la preparación de los tamales navideños son la reunión familiar y la alegría. Las famosas tamaleadas unen a muchas familias, todas las navidades, para preparar y consumir tamales con la receta familiar; tradición que contribuye a mantener vivo el legado de generación en generación.

La carne de cerdo sigue siendo la preferida para hacer los tamales. (JOHN DURAN)

Nutritivo

“La carne de cerdo se comienza a utilizar, principalmente, por sus facilidades de producción y por la riqueza proteica que brinda a las personas. Disminuir la cantidad de grasa para la preparación de la masa y utilizar cortes magros, como la posta para el relleno, pueden significar un valioso aporte nutricional de proteínas, vitaminas y minerales, dentro de un delicioso y añorado platillo como lo es el tamal”, comentó Akemi Valencia, directora de la Unidad de Negocios de Porcicultura de MSD Animal Health en América Central, Caribe y Ecuador (CENCA EC).

A pesar del paso del tiempo y de los cambios alimentarios en la población, la esencia del tamal navideño y el legado que trae consigo lo mantiene como el consentido de los ticos en estas épocas festivas.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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