El Servicio Nacional de Salud (SENASA) del ministerio de Agricultura y Ganadería declaró veda, a partir de este sábado 19 de setiembre y como medida sanitaria preventiva, en la costa del Pacífico para la extracción y comercialización de moluscos bivalvos (mejillón, almeja, ostras, etc ) tanto de cultivo como silvestres.
La decisión es tomada porque los últimos muestreos y análisis realizados por la Universidad Nacional (UNA) en muestras de agua tomadas del Golfo de Nicoya se reportan altas concentraciones de toxinas paralizantes.
Además de los muestreos, imágenes satelitales de toda la costa pacífica aportadas por la Universidad de Costa Rica (UCR), muestran una alta cantidad de clorofila en el mar, lo que indica la presencia de microalgas; que son un fenómeno conocido popularmente como marea roja tóxica.
La “Marea Roja” es un fenómeno natural que se produce por un aumento de la población de algún tipo de microalga, debido a diferentes factores en el mar como temperatura, luminosidad, salinidad, cambio de corriente, entre otros.
En algunos casos estos podrían producir distintas toxinas dañinas que pueden ser ingeridas por moluscos bivalvos y quedarse en ellos; al consumir este producto los humanos, se ingiere también la toxina lo que puede provocar daños en la salud de las personas, además de pérdidas económicas para la acuicultura y a las personas que se dedican a extraer estos moluscos.
El consumo de moluscos bivalvos que contengan altas concentraciones de biotoxinas representa un riesgo de intoxicación para las personas que se los coman, provocando efectos que van desde trastornos digestivos, neurológicos y hasta la muerte.
Para proteger la salud pública, Senasa extenderá la veda hasta que el estudio que se está realizando de análisis de carne de moluscos bivalvos en coordinación con Incopesca y la UNA, obtenga resultados sin toxinas paralizantes durante tres semanas seguidas.