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Demolición del “Napo” conmueve corazones de exalumnos

Nuevas obras incluyen comedor, salón multiuso, aulas de innovación, aulas académicas y biblioteca, para una inversión de ¢4.186 millones

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De la vieja estructura no queda nada./ Foto: John Durán (JOHN DURAN)

La demolición de la vieja estructura del Liceo Napoleón Quesada, de Guadalupe, conmovió los corazones de exalumnos y exprofesores, pues en sus paredes se tejieron un sinfín de historias de la familia verdeolivo.

Los tractores se trajeron abajo las antiguas instalaciones para dar paso a la segunda etapa del nuevo cole, la cual tendrá dos pabellones de dos pisos, un comedor, salón multiuso, vestidores, talleres, aulas de innovación, aulas académicas y biblioteca, para una inversión de ¢4.186 millones.

"Son más de 100 años de historia. El Napo fue sede del Club Alemán, también fue escuela militar. Son muchas las generaciones que pasamos por ahí y ahora pasar por el frente y no ver nada, en primera instancia da una sensación de vacío y se reviven las historias de amistades, partidos políticos, elecciones y campeonatos deportivos, uno siente que se le va un pedacito.

“Pero hay que darle paso a lo nuevo y esperemos que las próximas generaciones también lo disfruten”, indicó Esteban Ruiz, exalumno de la generación 2000.

El exprofe de Artes Industriales y exdirector, José Manuel Pereira, recordó lugares muy simbólicos que se guardan con cariño, como la soda "El patio del abuelo", la gruta del Sagrado Corazón de Jesús y claro, la piscina, de la cual nos reveló un secreto.

“La piscina se estableció en tiempos de Oldemar Carranza, en los años noventa. Los graduados se clavaban y era como un rito. Para que no se brincaran la cerca y se tiraran a la piscina, don Oldemar estableció como oficial el piscinazo, que desde el noventa y dos para acá, se realizaba el último día de clases.

"Más de un profesor no se salvaba, también lo tiraban. A mí nunca, yo era un poco rígido por mi carácter por ser árbitro de fútbol. Siempre les dije “no señores, nadie me toca” , pero después me arrepentí, hubiera sido bonito que me agarraran de las manos y las patas”, comentó sonriente el hoy pensionado, quien trabajó en dicho cole por 27 años.

El MEP no dio a conocer cuándo estarán listas las obras, por el momento, los estudiantes reciben clases en el edificio más reciente ubicado en la parte trasera del terreno.

Los estudiantes reciben clases en las instalaciones más recientes / Foto: John Durán (JOHN DURAN)

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