El 9 de mayo de 1987 está tan presente en la memoria de la familia Hidalgo como si fuese ayer.
Ese día como todos los sábados, se reunieron a desayunar, sin saber que sería la última vez que estarían todos juntos tertuliando como acostumbraban hacerlo.
"Como yo ya estaba casada, me venía bien temprano para la casa de mis papás a compartir con ellos y recuerdo que ese día José Félix no quería ir al paseo, pero Gerardo terminó por convencerlo", recordó su hermana Vicky Hidalgo.
El menor de los hermanos quería descansar ese día, pero como siempre estaba cuidando a su hermano, quien era más tortero, se sumó al paseo, agarraron la ropa y se fueron para no regresar.
"Salieron como a las 10:30 de la mañana. Aún acostumbramos a reunirnos a desayunar, pero siempre se les extraña", agregó Vicky.
Por su parte, doña Miriam Hidalgo, mamá de los hermanos, nos contó que aún hay momentos en los que siente el bigotillo de su chiquito en la mejilla, como cuando le daba un beso y lamenta que se murieran sin conocer el internet y los celulares.
Fue tal el dolor por la pérdida que sus padres decidieron vender una finca que tenían en Cutris de San Carlos y la cual trabajaban los muchachos junto a su padre Félix Hidalgo, hasta la dieron regalada y ni se la pagaron completa, de la tristeza que vivían.
Para cada aniversario de su muerte, la familia se iba de viaje a Los Ángeles de La Fortuna, donde compraron otro lotecito para despejar la mente, pues en la casita todo les recordaba a los muchachos.
Incluso, hasta remodelaron la casita para que el recuerdo no fuera tan fuerte, pues doña Miriam agregó que al principio daba una vuelta y se encontraba algo de ellos, por lo que sus hijas en cuanto pudieron le desaparecieron casi todo, solo un sombrero de Félix le dejaron y algunas fotos.