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Doctor de la Marcial Fallas: “Uno no sabe si está atendiendo a la mamá de un narco”

Doctor de la Marcial Fallas nos confesó cómo es una guardia nocturna en esta clínica

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Esteban es el médico asistente general de emergencias de la Clínica Marcial Fallas, en Desamparados, centro médico con la reputación de ser uno de las más complicados del país.

Y es que, para nadie es un secreto que el país está atravesando una de las épocas más violentas de su historia y, las emergencias están a la orden del día.

Un médico de emergencias de la Clínica Marcial Fallas contó cómo es la vida en la sala de emergencias. Foto: Albert Marín (Albert Marín)

Pero, en la Marcial Fallas, a veces, las situaciones escalan y llegan, incluso, hasta a amenazas de muerte contra los médicos.

En medio de todo ese ambiente, está Esteban, quien decidió confesarse con La Teja y contarnos algunas emergencias que le hielan la sangre a cualquiera y mucho más.

“Llegué a la Marcial en el 2020, durante el periodo más crudo de la pandemia”, nos contó.

De hecho, su primera emergencia fea le llegó en esas primeras semanas de trabajo, pero, no nos adelantemos.

Durante la pandemia, la Clínica Marcial Fallas parecía un campo de guerra. Foto: Alonso Tenorio. (alonso tenorio)

Según nos contó Carlos, si bien se habla mucho de la Marcial y lo espeso que puede ser el ambiente, entró sin ningún tipo de preconcepción.

“Te voy a ser honesto, no tenía expectativas porque no sabía cómo se manejaba un servicio de emergencias; es más, nunca había atendido una emergencia real.

La filas para entrar a emergencias suelen ser bastante largas en la Marcial Fallas.
La filas para entrar a emergencias suelen ser bastante largas en la Marcial Fallas. (Cortesía/Cortesía)

“Sí, ya me habían puesto un infartado o un baleado en frente, pero era un escenario completamente desconocido. En Desamparados no se sabe si está atendiendo a la mamá de un narco o a la novia de un sicario y eso asusta”, admitió.

Tras casi seis años en el servicio de emergencias, Carlos ha visto pasar a miles de pacientes, pero ha habido dos casos que se quedarán con él por el resto de su vida, y no por buenas razones.

“El que más recuerdo fue un síndrome de niño sacudido que llegó ya muerto.

“Cuando hay un cuadro de bebé sacudido, usualmente, los papás, como sabe que se jalaron una torta, llegan como muy tranquilos, muy mansos.

“Cuando nos lo reportaron, de inmediato lo metimos a shock, pero determinamos que el chiquito ya estaba fallecido. Era un bebé de cuatro meses.

“Tener ese bebé en sala de choque, atenderlo, todo el protocolo que conlleva, que involucra a la Policía, OIJ, PANI, es uno de los casos que más me acuerdo”, dijo con dolor.

En la sala de emergencias cada segundo cuenta.
En la sala de emergencias cada segundo cuenta. (Cortesía/Cortesía)

Otra muerte que le pegó duro, fue la de una muchachita de 20 años, quien “no tuvo culpa de morir”.

“Me acuerdo de una pacientita que había llegado porque la habían asaltado en una parada en San Rafael abajo y, simplemente, por asaltarla, le pegaron un balazo en el cuello.

“Le dispararon entre la clavícula y la parte central de la tiroides. No hubo mucho que hacer”, admitió.

“Que alguien haga paro por un infarto o por un cuadro asmático, es tema de todos los días. Entonces, los más traumáticos son en los que el paciente no tuvo la culpa, porque en esos dos casos que te comento, ninguno de los dos tuvo la culpa; uno fue por nacer y la otra por estar en el lugar equivocado”.

Otra situación que se vive con regularidad son los encontronazos con los pacientes, lo que, a su vez, lleva a una que otra amenaza de muerte, pero según nos contó Esteban, hubo una ocasión que, realmente, lo preocupó.

“Fue algo fuera de lo que había visto en mi vida. Era un señor que estaba vestido muy diferente, usó afirmaciones que no se suelen escuchar, entonces sí sentí mucho miedo, porque podía llegar a hacernos daño.

“Venía tomado y estaba en consulta por una tontera; tenía un corte en la mano. Yo le pregunté cómo se la había hecho y me respondió: ‘vea doctor, a usted no le importa cómo me la hice’.

Ahí se ve tranquila, pero la sala de espera de la Marcial Fallas puede convertirse en una verdadera selva.
Ahí se ve tranquila, pero la sala de espera de la Marcial Fallas puede convertirse en una verdadera selva. (Cortesía/Cortesía)

“Le expliqué que necesitaba saber para poder atenderlo de la mejor manera y nada más me dijo: ‘si usted no me atiende, dentro de media hora van a venir tres personas y lo fumigan’, pero lo dijo con una calma que a mí me dio miedo.

“Me dijo: ‘¿cree que las personas que están aquí cuidando, lo van a proteger de la gente que yo le puedo mandar?’. Entonces le dije que estuviera tranquilo, lo vendé y lo mandé para la casa", contó.

Ahora, no todas son experiencias duras, también hay historias muy bonitas y Esteban lleva una, en especial, cerquita de su corazón.

Para ponerlos en contexto, le llegó un paciente con la yugular del cuello abierta, luego de que le pegara un cable de tensión. Había perdido mucha sangre y el tiempo lo tenía en contra.

“Fue uno de esos casos que no aguantan a que llegue la ambulancia, entonces se lo trajeron en un carro. Llegó en estado de shock, con el cuello cortado, sosteniéndoselo con un paño”, recordó.

La clínica Marcial Fallas es una de las más ocupadas del país. (Cortesía )

“Ya había perdido mucha sangre y por la yugular la gente se desangra en minutos. Revisamos para ver hacia qué dirección estaba sangrando, porque de eso depende si se salva o no.

“En este caso, era de arriba hacia abajo (de la cabeza al tórax) y eso hizo la diferencia, porque era menos volumen de sangre. A pesar de que se movió mucho durante la operación, logramos detener el sangrado, suturamos y, literal, se le hizo un nudo a la yugular.

“Cuando logramos contener el sangrado, se mandó al San Juan y allá lo trataron y se logró salvar.

“Entonces da mucha satisfacción darle seguimiento a un paciente y ver que se salvó. Eso es lo que me gusta de emergencias, que uno puede ver de forma más tangible, la diferencia que uno hace”, concluyó.

Sergio Salazar

Sergio Salazar

Periodista de Nacionales. Bachiller en Periodismo y Licenciado en Producción Audiovisual por la Universidad San Judas Tadeo.

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