Sin darnos cuenta nos enredamos los días por temas como la entrada a clases, que viene Semana Santa, y los chiquillos estarán en la casa, pero pasa Semana Santa y sigue el corre corre, luego vienen las vacaciones de medio año y los chiquillos otra vez en la casa.

De un pronto a otro llegó diciembre y entre regalos y reuniones familiares se va el año y muchas veces nos olvidamos de mantener vivo el fuego del amor y la pasión con nuestra pareja.

¿De quién es la culpa? Mejor decir que de nadie, porque esta vida tan ajetreada nos roba casi todos los minutos del día y entre domingo y domingo nos acostumbramos a correr por los chiquillos, la mamá, la abuela, la tía, el vecino, pero no tanto por la pareja.

Así lo confirma el doctor en ginecología y experto sexólogo, Mauro Fernández, quien es un convencido total de que las parejas deben darle su lugar al amor y la pasión.

“Muchas parejas tienen problemas para asumir la vida sexual cada día. De alguna manera, no encuentran el espacio que dé cabida a los encuentros íntimos.

“Como que a lo largo del día no existen las condiciones para hacer florecer el amor. Es claro que en nuestra sociedad existe el deseo de los amantes de contar con cierto grado de privacidad, y a veces no se tiene esa intimidad tan necesaria”, reconoce el sexólogo.

No hay lugar

Ante la falta de tiempo para encender ese tan necesario fuego, también muchas parejas caen en otra zona tan perjudicial como a la de la ausencia de espacios para intimar.

“Para la pareja, hacerlo en carrera, hacerlo a hurtadillas, hacerlo de a callado es válido como una travesura ocasional, pero es tedioso y agobiante cuando no hay otra forma de hacer el amor.

“Sea que la relación dure unos segundos o se prolongue por horas, las parejas necesitan tener el tiempo a su favor. No se puede estar pensando en plazos, segundos o minutos”, advierte el doctor Fernández.

Las parejas deben tener su espacio, además, su tiempo. Nada de relojes, nada de apurarse, nada de que ya casi viene mamá o la tía con los chiquitos.

“El amor debe durar lo que tenga que durar, y es fundamental que, si el placer se prolonga, se tenga todo el tiempo del mundo.

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“Más grato aún es cuando, después de la relación sexual, se desencadena un breve periodo de un sueño reparador y refrescante, que descansa y reactiva”, asegura el doc.

Peligroso silencio

Una vez más, ante el corre-corre y que están los chiquillos en la casa, la pareja se refugia en el famoso “no hay tiempo”, pero al aceptarlo se hace normal hacerlo a la carrera o en silencio, lo cual se convierte en un verdadero mata pasiones.

Ese hagámoslo, pero en silencio es fatal, aclara el doctor Fernández.

“La pareja debe tener la posibilidad de jadear, suspirar, gemir, sollozar y hasta gritar con toda libertad. Los amantes quieren y requieren sumergirse de lleno en la sensualidad del amor, y eso implica perder el contacto con el mundo exterior.

“El amor no puede ser entrecortado, a escondidas, con reparos y, mucho menos, bajo el temor a que sea evidente para terceros. Se comprenderá la congoja experimentada cuando la relación debe ser apurada para que nadie se dé cuenta en la casa”, reconoce el especialista.

Escapadita caliente

Al doctor Mauro Fernández le encanta que la pareja hable de esa salidita especial, esa escapadita caliente para darse pasión, entregarse al fuego del amor y hacer lo que en casa no se puede.

Nos referimos principalmente a los que viven bajo un mismo techo con hijos, pero esto aplica para todo tipo de parejas que no tienen ese espacio ni tiempo para entregarse por completo uno al otro, ya que todo lo que pasa alrededor afecta al momento en que el fuego está encendido.

“El sobresalto de la pareja es enorme cuando tocan la puerta del cuarto, justo en media relación sexual, o cuando el encuentro íntimo tiene que ser en silencio porque los sonidos del amor se escuchan en el resto de la casa.

“Peor aún, resulta cuando todos en la casa se acostumbran a entrar al cuarto marital, y hasta se extrañan y protestan cuando está cerrado.

“Muchos creen que el amor se pierde con el tiempo; que, por estar casados, aflora el aburrimiento; que, por vivir mucho tiempo juntos, se pierde la magia”, explica el doctor.

El fuego se apaga

La mezcla de esos “pecados” de hoy día: silencio, a la carrera y no hay tiempo, son responsables de que se pierda la magia del amor, sí, pero tienen casi todo que ver con usted y su pareja, pues depende de ustedes abrirle espacios al amor en sus agendas.

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“Lo que ocurre con frecuencia es que las parejas descuidan la intimidad, no preservan los espacios para tener relaciones, se concentran en la vida familiar y se despreocupan del vínculo de pareja. Estos signos de desatención afectan considerablemente la vida sexual. A veces se llega al extremo de que él, ella o ambos tienen tiempo para todo menos para el amor.

“Los hijos, la familia y los amigos son muy importantes en la vida, pero debemos saber compaginarlos de tal forma que no representen una amenaza para la intimidad”, aconseja Fernández.

Por más que hablemos de fuego, también debemos reconocer que ese fuego se apaga y como lo hace tan despacio, las parejas terminan por no darse cuenta ni cuándo fue que esa llama dejó de quemarles.

“Las parejas que van distanciando las relaciones sexuales se van habituando a vivir sin sexo. El cuerpo no les pide. Las ganas se esfuman. Se pierde el hambre sexual. Hoy sabemos que pasar largos periodos sin contar con ese tiempo solo para dos, tiene, además, repercusiones emocionales.

“El vínculo se debilita y la relación se vuelve más propensa a los conflictos, los roces y los malentendidos. Hay que sacar tiempo al tiempo. Hay que darle su lugar al amor”, recomienda el doctor Fernández.

¡Escápese!

En La Teja nos pusimos a ver cómo le ayudamos a que se pegue esa escapadita pasional sin que tenga que gastar mucha plata. Lo primero que hicimos fue contactar a la gente amiga de la Cadena Fantasy Rooms, dueños de los moteles Maison Dorée, Jardín Oriental, Paraíso, Venus y Edén, o sea, se la saben de todas, todas en el tema.

Nos atendió Katherine Vargas, gerente comercial y de mercadeo, quien nos explicó que para esa escapadita amorosa ellos cuentan con habitaciones, en sus cinco moteles, que van desde los 13 mil hasta los 35 mil colones (la más cara es una habitación premium).

Lo mejor, es que se puede escoger si uno va por 3, 4, 6 o 12 horas. Si están pensando para el próximo 14 de febrero darse una escapada larga, de digamos 24 horas, también pueden hacerlo en estos moteles.

Si necesita un poquitico de información con respecto al fuego amoroso, puede ingresar a: https://www.fantasyrooms.com/ Ahí encontrará un blog “Escuelita sexual”, con notas sobe el amor, la pasión, juegos de pareja, para que salga de la rutina por completo y haciéndolo de la mejor forma, según explica Vargas.

Ya lo explicó el sexólogo, las parejas con hijos deben darse su tiempo y espacio. Nada de andarse preguntando ¿para qué voy a ir a un motel si estoy casado? Al contrario, reconectar la pasión con la pareja es fundamental.

Hasta por ahorro es bueno que piensen en esta opción, por eso fue que los buscamos. Si usted es de la Gran Área Metropolitana, va a tener un motel cerca y diferentes niveles de precio y con opciones que usted ni se imagina.

Pedimos un ejemplo y nos lo dieron: Todas las tardes del mes de febrero, de 3 a 7 p.m., tienen 2x1 en cócteles, copas de vino y shots. También en el Edén y el Paraíso ofrecen almuerzos ejecutivos de 11 de la mañana a 2 de la tarde.

Incluso, si usted escanea el código QR debajo de estas líneas y llena un pequeñito formulario, podría ganarse un juguete sexual. No deje pasar esta oportunidad.

Durante este mes del amor, las habitaciones serán decoradas con cupido, corazones y ese rojo intenso que sirve para recordar el fuego del amor.

No se espere hasta el 14 de febrero para decidirse por una escapadita, si ya la tiene pensada y es para ese día, reserve con tiempo entrando a https://www.fantasyrooms.com/

Quienes reserven entre el lunes 12 y el miércoles 14 de febrero, se les incluirá un paquete decorativo con velas, pétalos de rosa y una cajita con juguetes para encender más el fuego.