Los jueves tienen un significado especial para los fieles católicos, porque en todo el mundo se reúnen para celebrar la Hora Santa.
El padre Sergio Valverde, de la parroquia de Cristo Rey, en San José, es amante de esta actividad, porque la ve como un encuentro íntimo y personal con el Padre Celestial.
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“La Hora Santa es un momento privilegiado en la adoración y el crecimiento espiritual de los fieles católicos. Se dice que es una hora, pero ese es el tiempo mínimo, en Cristo Rey dura hasta dos horas y media. Es un tiempo en el que los católicos se encuentran para adorar al Santísimo Sacramento del Altar.
“La celebración de la Hora Santa se da desde los primos siglos. Los fieles desean un momento más aparte, especial, más dedicado a la adoración del Santísimo, a la escucha de la palabra y demás, de ahí que se celebra como un culto maravilloso al Santísimo Sacramento”, explicó el sacerdote.
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¿Por qué la Hora Santa se hace los jueves?
A muchas personas les llama la atención que en todo el mundo esta celebración tan especial se celebra los jueves, pero eso tiene una explicación muy clara.
“Se celebra ese día porque fue un Jueves Santo en el que El Señor instituyó la Eucaristía, cuando les dijo a sus discípulos ‘hagan esto en conmemoración mía, tomen y coman todos de él’, de ahí que los jueves, por la tradición católica, por muchos siglos, se ha dedicado de manera especial para la adoración del Santísimo Sacramento del Altar”, manifestó el cura.
El padre Sergio asegura que la Hora Santa tiene mucha más libertad que la misa, porque los sacerdotes pueden elegir cómo llevarla a cabo.
“No es tan estricta ni tan estructurada como la santa Eucaristía; todo lo contrario, tiene un gran margen de posibilidades y espontaneidad, puede tener momentos de adoración, de alabanza, de canto, de silencio, de danza, de escuchar la palabra de Dios”, relató.
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Ahora bien, sí hay pasos o momentos que deben respetarse y son muy significativos en esta celebración.
“Uno de los ritos básicos y claves para la Hora Santa es el momento procesional en el que entra el Santísimo Sacramento del Altar y se hace en manos de un sacerdote, diácono, obispo o el ministro extraordinario de la comunión. Se expone en la custodia en el altar. La gente se arrodilla y se inciensa mientras se hacen oraciones bastante conocidas por la gente”.
Luego de eso se desarrolla la celebración con los momentos que el sacerdote determine y al cierre se vuelven a aplicar ritos ya establecidos.
Se vuelve a reservar el Santísimo mientras se hacen oraciones y cantos. Luego se da la bendición y se hace el envío de los fieles.