Hablábamos la semana anterior del llamado que los obispos hemos hecho para que el actual proceso electoral se asuma de manera informada, consciente y responsable, en procura de la construcción de una democracia participativa y a favor del bien común.
Continuando este tema, es muy importante asumir nuestra responsabilidad como fieles cristianos.
La iglesia nos enseña que es deber de los fieles cristianos participar en la construcción de la vida democrática del país, apoyando este empeño en un proyecto de sociedad coherente a su concepción del ser humano, y que exprese sus convicciones acerca de la naturaleza, origen y fin del hombre y de la sociedad. Por ello, al emitir el voto asumimos una responsabilidad moral, consecuente con los dictados de nuestra conciencia y de nuestra fe.
Como católicos nuestra responsabilidad principal es el bien común. Una vida en sociedad que ofrezca oportunidades para todos, salud, bienestar y dignidad para todas las personas y promueva el bien común y no solo el de unos cuantos.
Coherente con ese acento esperanzador que nos trae el nuevo año, invito a reconocer, una vez más “que son muchas las fortalezas y oportunidades que tiene nuestra Nación, capaz de devolver la confianza a sus habitantes”, como lo indicamos los obispos en el mensaje "La Esperanza No Defrauda", de cara a las elecciones.
Estas elecciones son una luz en el camino y voz de aliento para aquellos que creen y defienden la democracia y, a la vez, la auténtica senda para la búsqueda del desarrollo integral tan anhelado por nuestro pueblo.
“Con la esperanza puesta en el Señor de la historia y con la fuerza que recibimos de Él, consideramos que los grandes problemas tienen solución, lo que exige el compromiso de toda la familia costarricense. La esperanza nunca defrauda”, indicábamos también los Obispos.
Por monseñor José Rafael Quirós, arzobispo de San José y presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.