Renombrados científicos, no bateadores, quienes forman parte de la organización METI, que intenta comunicarse con seres de otros planetas, se reunió el sábado en París, Francia, para tratar de entender por qué después de tantos intentos por comunicarse con los extraterrestres estos no nos dan pelota.
La organización internacional Messaging Extraterrestrial Intelligence (Enviando Mensajes a la Inteligencia Extraterrestre, METI), con sede en San Francisco, California, se dedica a enviar mensajes al espacio. El grupo lo forman doctores en astronomía, físicos, y otros destacados expertos.
Y es que los contactos con seres espaciales se han pulseado por medio de programas como el Breakthrough Listen, liderado por físicos de la Royal Society Science Academy de Londres, o las investigaciones del instituto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) en California.
Lo que me llama la atención es que gente tan capaz en vez de estar buscando en el espacio los motivos del por qué esos seres no nos responden, deberían volver los ojos hacia la tierra, allí están las respuestas de su silencio.
¿Cuál extraterrestre, por más maje que sea, va a querer entablar contacto con terrícolas como Donald Trump, Nicolás Maduro, Daniel Ortega o su esposa la Rosario Murillo, algo verdaderamente espantoso?
Incluso se me viene a a la jupa ver al expresidente Luis Guillermo Solís vestidito con traje de astronauta tratando de establecer contacto. A cuál alienígena le van a entrar ganas de hablar con don Luisgui, o con Albino Vargas, por solo citar dos ejemplos ticos.
Además, ¿qué les podemos enseñar? Acaso estarían interesados en saber cómo se destruye un planeta, cómo se ensucian los ríos, o como montarse en moto y morir a los cinco minutos.
¿Cuál sería la reacción de un extraterrestre al ver, por solo unos minutos, al Paté Centeno dirigiendo al Sapri?
Hasta el genio británico Stephen Hawking pifió. El nos advirtió en el 2010 que “si los extraterrestres nos visitan un día, pienso que el resultado sería parecido a lo que se produjo cuando Cristóbal Colón llegó a América, un resultado realmente poco positivo para los indios”. Yo más bien creo que sería al revés, los pobres se morirían del susto.