Estudiantes de tres colegios de Guácimo, en Limón, dan un tremendo ejemplo de hermandad que demuestra que sí se le puede decir adiós a las diferencias y saludar a las igualdades, lo mejor, para potenciarlas para beneficio total de la comunidad y el país.
A ellos los conocimos en medio de la edición 25 del Festival Flores de la Diáspora Africana, vivido este fin de semana en el puro corazón de San José.
Cargados de nervios, alegres, motivados y positivos nos encontramos a los 60 músicos y 15 acompañantes de la Banda Intercolegial Rítmica de Guácimo (BIRG).
Era muy justificado el nerviosismo ya que hicieron su debut, el pasado sábado 19 de agosto, y querían dejar una muy buena impresión, algo que sí lograron y hasta sobrepasaron cualquier expectativa en el recorrido entre el parque Morazán y el parque Nacional.
Había presentes otras 44 bandas, todas muy importantes y todas de gran calidad. A nosotros nos llamó la atención la BIRG porque su nacimiento encierra gran pasión y tremendo amor de la comunidad.
Resulta que la BIRG es la unión de las bandas de tres colegios de Guácimo: el Colegio Técnico Profesional, el Académico y el Nocturno. Antes de este 2023 siempre tocaron separadas y que se picaban duro para ver cuál era la mejor, sin embargo, a partir de este año todo cambió.
“Aquí estamos representados e integrados los tres colegios. Es la primera vez que nos presentamos unidos. Antes de este año cada institución tenía su banda, pero llegó el momento en que decidimos amarrar esfuerzos entre todos con la aprobación y guía de los tres directores de las instituciones.
“Lo importante de esta unión es que se ha convertido en ejemplo para otras zonas. Generalmente lo que hay en otros cantones es competencia y rivalidad entre bandas, nosotros lo vivimos, por eso nos alegra unificarnos porque, además, nos fortalecimos como banda y la relación entre los muchachos de diferentes instituciones ha mejorado profundamente”, explicó María Jesús Sojo, directora del Nocturno de Guácimo.
Complejo
No es fácil coordinar ensayos, pero en Guácimo hay tremenda voluntad. Se juntan sábados, domingos, cuando pueden entre semana, la idea es ir creciendo todos unidos. El proyecto recién nació en mayo pasado por eso el Festival Flores de la Diáspora Africana es la primera presentación.
Jordi Aguilar, uno de los miembros, es un claro ejemplo de querer es poder.
Él se levanta a las 3 a. m. todos los días, se alista y va a trabajar en el área de mantenimiento en una piñera a las 4 a. m., sale volado a las 2 p. m. porque tiene que comerse algo en una pura carrera e irse a ensayar con la banda y de una vez se queda para las clases del Nocturno.
“Del nocturno hay diez en la banda en estos momentos. Entendemos muy bien que por nuestros trabajos se nos complica mucho, pero esto es de tener ganas y pasión. Soy egresado del CTP y ahora estoy en el nocturno.
“Si usted me hubiese entrevistado el año pasado le habría dicho con toda seguridad que era imposible unir las tres bandas, el pique era tremendo, ahora cambió la mentalidad y nos concentramos en ser una sola familia que logre la mejor banda para Guácimo”, explica Jordi.
Como la BIRG no tiene ninguna ayuda económica para reparar instrumentos musicales, comprar uniformes y pagar el transporte a los eventos, los papás se organizan junto con los estudiantes y los directores de los centros educativos para hacer ventas de chicharrones, tamales, entre otros, así como hacer colectas en la comunidad.
El Festival
El Festival Flores de la Diáspora Africana tiene 25 años de existir, lo fundó y lo organiza hasta hoy doña Carol Britton González, directora ejecutiva de la Fundación Arte y Cultura para el Desarrollo.
“Comenzamos con un día de celebración, después pasamos a tres, a una semana y ahora celebramos la afrodescendencia todo el mes de agosto. Ver tanto estudiante y tanta gente involucrada es algo que me llena el corazón.
“El objetivo del Festival es promover la cultura afrocostarricense. Es un alivio al corazón ver que el trabajo hecho en 25 años ha ido calando. Ver las 7 provincias del país con sabor al Caribe, a la afrodescendencia alegra demasiado”, comentó doña Carol, quien recordó que las celebraciones del Festival siguen por dos semanas más.
Además del desfile, en el Parque Nacional hubo una feria de productos 100% caribeños, por eso pudimos ver ventas de agua de sapo, raice and beans, entre otras sabrosuras de la cuchara caribeña.
Nos encontramos en el Festival a Jazmín López, quien era parte de una delegación mexicana del municipio de Actopan, Veracruz, que participó en el Festival con disfraces del pueblo Coyolillo, un pueblo afrodescendiente de esa zona mexicana.
El Festival recibió la bendición del padre Sergio Valverde, de Obras del Espíritu Santo. También participó el acalde de San José, Johnny Araya, y la viceministra de Cultura, Vera Vargas León.