Un estudio reveló que la nueva “profesión” soñada de los ticos es ser influencer.

La creación de videos de humor, llamativos y adictivos para las redes sociales se ha convertido en la mejor opción de “carrera” para quienes buscan una alternativa a la hora de trabajar y para la que incluso no se necesita un título universitario.

La investigación fue hecha por Remitly, un servicio de remesas en línea con sede en Seattle, Estados Unidos, y señala que ese comportamiento no solo se da en Costa Rica, sino que en toda América Latina los jóvenes sueñan con ser influencers.

El sociólogo Guillermo Acuña explica las razones sobre por qué los niños dejaron de soñar con ser doctores, policías, bomberos y astronautas, para ahora inclinarse por este nuevo oficio.

“Estamos viendo una generación de ruptura, anteriormente los niños y jóvenes se inclinaban a seguir el ejemplo de sus papás, algunos hasta estudiaban lo mismo que ellos, pero ahora ya eso no es así. Las nuevas generaciones tienen un acceso muy temprano a las redes sociales y el Internet y aprenden nuevas lógicas, algunas buenas y otras no tan buenas”, explicó el especialista.

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Guillermo dice, además, que la gran exposición que tienen los influencers genera una gran atracción hacia la juventud.

“Los cantantes, futbolistas, actores, todos muestran su vida en las redes sociales y se vuelve llamativo y de peso para los seguidores el éxito que ellos muestran, eso es lo que atrae a los demás a querer hacer lo mismo.

“Los altos grados de monetización que muestran los influencers, en un mundo en el que el costo de vida es elevado, también pesa mucho a la hora de elegir a qué se quiere dedicar la gente”, manifestó el sociólogo.

Gran responsabilidad

El especialista dice que ser influenciador implica una gran responsabilidad porque sus publicaciones causarán efecto en la opinión y forma de pensar de sus seguidores.

“Esta figura no es algo del todo nuevo, antes se conocían como formadores de opinión pública, pero las redes sociales han hecho que ese oficio tenga un cambio y que tengan un contacto más directo con el público.

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“Cada una de estas figuras vierte opiniones en sus posteos y en realidad uno se da cuenta de que pocos tienen los argumentos para un buen análisis y se han preocupado por informarse para emitir un criterio serio, la mayoría lanzan criterios superficiales y eso es peligroso sobre todo cuando se tratan temas sensibles como el consumo de drogas, estilos de vida, alimentación, temas de salud, entre otros”, expresó.

Guillermo finalizó diciendo que quienes sueñan con ser influenciadores deben tener en cuenta que sus publicaciones van a incidir en la opinión de los demás, sobre todo de sus seguidores.

Natalia Monge da bolados

La reconocida imitadora, presentadora, locutora y también influencer, Natalia Monge, cuenta que cuando la empezaron a contactar las marcas para ofrecerle dinero a cambio de que promocionara sus productos, sintió que aceptar podía ser inmoral.

Ella relató a La Teja lo que piensa de que ahora ser influencer será la “profesión” soñada por los ticos y hasta da bolados para que quienes quieren desarrollarse en esa área puedan hacerlo.

“Me parece muy interesante; sin embargo, se dice fácil que alguien quiere ser influencer, pero es algo que a muchos nos ha costado. En mi caso, el trabajar durante años en la radio y la televisión hizo que me diera a conocer y que mis opiniones lleguen a impactar a un mayor número de personas. Fue como algo que me gané.

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Natalia recuerda que luego de años de trabajo duro la empezaron a llamar algunas marcas para pedirle que promocionara productos en sus redes sociales personales a cambio de dinero.

“En aquel momento me extrañó muchísimo y hasta me puse a pensar si era moralmente aceptable decir que sí a esos trabajos, pero luego entendí que no era nada malo. Eso sí, me lo tomo muy en serio y siempre compruebo que los productos o servicios que voy a promocionar van acorde con mis valores y principios, porque eso no está en juego para mí”.

Nada de gratis

Natalia dice que los influencers deben conocer su valor en el mercado y cobrar por su trabajo, no pueden vivir de los canjes o regalos que les den las marcas.

“Un influencer debe monetizar su contenido, sino no tiene sentido lo que hace. Las marcas deben pagar por lo que uno hace, porque al final usted está poniendo su cara para decir que un producto es bueno y se expone a que, en algún momento, haya quejas de ese producto y su nombre quede mal. Ese es uno de los riesgos que se corre.

“Pero también, uno como influencer tiene muchas responsabilidades; ser positivo en sus contenidos para mí es importante, dar un valor agregado a la marca para la que uno trabaja también. Siempre hay que esforzarse en hacer las cosas lo mejor que se puede”.

Por último, Natalia dijo que otro aspecto importante a la hora de crear contenido para marcas es ser natural.

“Para que algo sea creíble debe ser natural, si estoy colaborando con una marca de un estilo de vida fit, entonces debo ser así siempre, para que sea creíble lo que digo. Uno tiene que ser uno mismo en todo momento”, aseguró.