Los problemas que tiene Panamá con su puerto libre en Colón con el tráfico ilegal de licor, también son un dolor de cabeza para los ticos, porque mucho del licor que se compra ilegalmente en Colón, ingresa ilegalmente a Costa Rica.
Así lo confirma Jeffrey Hardy, director general de la Alianza internacional para combatir el tráfico ilegal, quien estuvo en el país la semana pasada y reconoció que si bien en Costa Rica se hacen esfuerzos para caerle al guaro ilegal, son muy pocos y sin el respaldo gubernamental que se necesita en cuanto a efectivos de la policía, leyes y presupuesto.
“Tienen un profundo problema en las fronteras, el licor ilegal de Colón, Panamá, ingresa muy fácilmente. Ese problema de la ilegalidad del licor en tierras panameñas es un dolor de cabeza para Costa Rica. Es urgente que Costa Rica y Panamá se unan y coordinen acciones, de lo contrario, una de las mayores fuentes de tráfico ilegal de licor seguirá abierta.
"En la zona libre de Golfito también urgen más controles”, asegura Hardy.
Le sorprenden mucho a Hardy que en nuestro país las leyes son muy suaves con quienes son atrapados traficando o produciendo ilegalmente licor.
Saber que son detenidos por la noche y puestos en libertad por la mañana, es para el experto uno de los principales problemas del país en este tema.
“Anima a los criminales a seguir con sus actos delictivos, porque como no voy a la cárcel o cuesta mucho que vaya, entonces lo hago”, explicó.
Nada que ver
Actualmente en la Asamblea Legislativa (expediente número 20.961) se está impulsando una propuesta para ponerle un Código de respuesta rápida (conocido como código query, ese cuadrito que se ha puesto tan de moda) a las etiquetas de todo licor que se produzca en el país, para tenerlo bien identificado y comprobar que es legal.
Sin embargo Hardy asegura que la iniciativa del código ayudaría muy poco.
“Costa Rica no debería gastar energías ni recursos en un Código de respuesta rápida, lo que debe hacer es enfocarse en fortalecer sus leyes, castigar con buen peso a los delincuentes de este crimen organizado y fortalecer su policía con dinero y recurso humano.
“Se ha comprobado que las etiquetas de licor con Código rápido, se convierten en objeto del deseo para los contrabandistas, entonces, además del problema del licor pirata, nace otro problema, el de los licores pirata con etiqueta ‘legal’, la cual le arrancaron a un producto legal y se la pegan a uno ilegal”, explicó.
Eso sí, le alegra que en el país se haya conformado una comisión mixta integrada por diferentes autoridades (Policía Fiscal, Migración, Fuerza Pública, OIJ), la cual trabaja todo el año en fortalecer los controles; sin embargo, advierte que nos falta mucho por hacer.