Escuchar"Me acuerdo muy bien cuando Gamboa despejó, Rodney luchó por la bola y se la pasó a Bryan. En eso solo pensé en ir al área. Veo cuando Bryan alza la cabeza y va a tirar el centro con la izquierda, yo estaba esperando ese centro obviamente porque él es zurdo. Cuando él engancha, doy dos pasos hacia atrás y cuando saca el centro quise esperar y esperar para no saltar antes y ya cuando decido saltar no pensé ponerla ahí en ese preciso lugar, simplemente pensé en cabecearla bien y veo que la bola entra... ¡fue una explosión de alegría!".
De esa forma recuerda Kendall Waston la jugada del mejor gol de su carrera, de aquel que puso al país de cabeza el 7 de octubre de este año en la joya de La Sabana.
Ese mágico momento para el país, en el que La Sele consiguió el boleto al Mundial de Rusia de forma agónica, contra la Honduras de Jorge Luis Pinto, quedó retratado para siempre gracias al buen pulso de José Cordero, fotógrafo de La Teja quien en ese momento, sin saberlo, tomó la mejor foto del 2017. (Ver nota aparte).
Kendall, imponente con solo su altura, olvidó su verdadera función de guardaespaldas en la cancha y se fue al frente porque en ese momento, en el que perdíamos 1-0 al minuto 90, era todo o nada.
Waston se percató de que iba a tener un último chance para hacer algo grande; Cordero también.
Tanto el protagonista de la foto como el que la capturó, tomaron la decisión de actuar casi que al mismo tiempo: cuando Bryan se perfiló para centrar.
En ese momento, mientras Kendall se preparaba para imponerse en las alturas, José, casi 20 centímetros más bajito que el gigante, hacía lo mismo, pero desde su trinchera de trabajo: la esquina suroeste del estadio Nacional junto a un puño de fotógrafos más.
Ruiz soltó el centro y mientras Waston arrancaba para pegar vuelo, José disparaba una ráfaga de fotos que terminaría capturando toda la secuencia del glorioso momento, incluida la celebración... ¡Golazo y fotón!
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Casi tres meses después, Kendall volvió a ver la foto y por sus 1,95 metros de estatura volvió a recorrer una felicidad, quizás no igual de explosiva a la de aquella noche mágica, pero sí igual de sabrosa.
"La verdad es que cuando vi esa foto me emocioné mucho porque me recordó esa noche tan especial", dice el gigantón.
El defensor, con dotes de delantero, dice que la alegría por anotar un gol de ese calibre le duró varios días "porque era algo soñado" para él.
"Cuando metí el gol no supe qué hacer, si llorar, gritar, solo estaba agradecido con Dios porque ni yo lo podía creer, yo solo decía Dios gracias, gracias y después solo pensaba en mi esposa y en mi hijo", mencionó.
La foto pasó a ser un fotón no solo por lo que significó sino también por un montón de elementos y características técnicas, por ejemplo el encuadre, la profundidad de campo (fondo desenfocado), que salga la bola en la acción, el sudor salpicando de los jugadores para hacerla más dramática y las expresiones faciales de los futbolistas que demuestra la fuerza que hubo ahí.
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Además, refleja la locura, emoción y fiesta de todo un país por obtener el boleto a otro Mundial.
Ahora lo más importante es lo que viene. Porque el fotón es del 2017, pero esperemos que sea un buen augurio de lo que será este 2018 cuando se venga el Mundial.
