A Sofía Quirós el cáncer la sorprendió cuando era una muchachita, pero sus deseos de vivir no permitieron que la enfermedad la derrotara y hoy sigue en tratamiento y estudia arquitectura, la carrera de sus sueños.
Quirós, vecina de Heredia, es una de las 3 mil jóvenes que ha apoyado la fundación “Proyecto Daniel”, que en este mes de julio celebra 14 años de apoyar a adolescentes con cáncer, para que no pierdan las ganas de vivir.
17 años tenía Sofía cuando se dio cuenta de que padecía cáncer.
En la actualidad, Sofía tiene 21 años y cuando cursaba el quinto año de colegio, en julio del 2020, fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda; es decir, cáncer en la sangre. En ese entonces vivía en Palmares, con su mamá, doña Eileen, y tenía 17 años.
“Estaba en el Colegio Bilingüe de Palmares y todos los días iba al gimnasio. De un momento a otro comencé a notar que no podía terminar las rutinas, me daban dolores cabeza, me aparecieron en la piel una especie de lunares y sentía mucha fatiga.
“Los síntomas se hicieron más evidentes en el transcurso de una semana y me llevaron al hospital para hacerme exánemes. Estábamos en el servicio de Emergencias del hospital México cuando el doctor me dijo que tenía cáncer y que debía quedarme hospitalizada para determinar qué tipo de tumor tenía”, recordó.
No quiso seguir
Sofía contó que cuando le dijeron que estaba enferma, su mamá no aguantó las ganas de llorar y ella, en medio de lo tenso que fue recibir la noticia, le dijo a su madre: ”Mami de esta salimos juntas” y con valentía comenzó su tratamiento.
Esta joven recibió quimioterapia por 9 meses, de lunes a jueves. Luego llevaba una sesión cada 15 días por 4 meses y después una por mes. Posteriormente, tuvo 12 sesiones de radioterapia. Los tratamientos la hicieron perder 48 kilos y hubo un momento en el que se sentía muy cansada.
“Un día dije que no quería más quimio, porque me sentía muy débil, pero uno de los enfermeros me alentó a seguir, me dijo que cómo iba a dejar botado lo que había superado, que él respetaba mi decisión, pero no quería que desperdiciara el tiempo que había invertido en mi recuperación y me motivó a seguir adelante”, afirmó.
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En diciembre del 2020, la contactaron de “Proyecto Daniel” para invitarla a una fiesta de Navidad virtual, porque el mundo enfrentaba la pandemia del covid-19 y Sofía, al igual que miles de personas, se mantenía aislada.
“En esa fiesta conocí a otros pacientes y eso fue el inicio. Esta organización se convirtió en una segunda familia para mí, fue una red de apoyo importante.
“Durante el tratamiento me dieron una beca para llevar un curso de inglés y llevé un técnico en diseño y construcción. Cuando fui diagnosticada sabía que mis planes de estudiar se habían atrasado y, gracias a ellos, vi que podía estudiar. Estas oportunidades significaron mucho para mí”, recalcó.
Nueva oportunidad
Sofía sigue en control y acude a citas cada 3 o 6 meses. Ella se siente bien de salud y resume en una palabra esta experiencia:
“Estoy muy agradecida, porque para mí el haber superado el cáncer es tener una segunda oportunidad de vida. Por la pandemia estuvimos más aislados, perdí contacto con algunos miembros de mi familia, pero era para cuidarme y ahora llevo una vida más normal.
Volví al gimnasio, a salir, a poder estar con alguien, abrazar a mis seres queridos y sigo estudiando, me encanta cocinar y preparo mis propias recetas”, afirmó.
La joven les envió un mensaje a quienes, al igual que ella, están luchando contra esta enfermedad.
“Que sigan adelante, que no se dejen vencer, que tengan una actitud positiva, porque eso les ayuda en el proceso. Si atraen pensamientos negativos no tendrán fuerzas para seguir adelante y mi actitud fue clave para ganar la batalla”, relató.