Cuando una persona se ve obligada a salir de su país natal porque su vida corre peligro --principalmente por creencias políticas-- enfrenta un proceso doloroso y muy difícil.
Costa Rica es uno de los países más buscados por los exiliados nicaragüenses, quienes cruzan la frontera con la esperanza de encontrar paz.
Daisy Vega tuvo que abandonar Nicaragua con su hija en el 2018 porque los secuaces de Daniel Ortega la andaban buscando para matarla, ya que ella no comparte las ideas del dictador.
Un año después ella se unió con dos nicaragüenses más, Joao Ismael Maldonado y Jeffer Adolfo Bravo y juntos fundaron la Unidad de Exiliados Nicaragüenses.
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La idea del grupo es que los exiliados que vienen a Costa Rica estén en contacto y así hablar sobre temas que les interesan a todos.
“En la UEN tratamos de ayudar a la mayor cantidad de exiliados posibles, tenemos una base de datos con 873 hermanos nicaragüenses y todos están debidamente identificados.
“A nosotros nos contactan muchas veces desde Nicaragua para pedirnos ayuda porque la vida de alguien corre peligro y nosotros damos recomendaciones de cómo salir de Nicaragua, si es necesario un miembro del grupo viaja hasta la frontera para recoger a la persona y llevarla a un lugar seguro”, contó Vega.
Daisy dice que cuando una persona llega a suelo tico lo primero que hace el grupo es asesorarla para que empiece a hacer los trámites migratorios correspondientes y se ponga en regla.
“Nosotros nos aseguramos que la vida de esa persona efectivamente esté en riesgo debido a sus creencias políticas, somos muy claros y estrictos con eso, no podemos traernos a alguien solo porque quiere venir a buscar trabajo aquí, por ejemplo”, detalló.
El exdiplomático y político opositor nicaragüense, Mauricio Díaz, intentó resguardarse en Costa Rica antes de ser detenido en Managua por el régimen de Daniel Ortega. El viernes 6 de agosto trató de entrar a suelo tico por la frontera de Peñas Blancas, pero las autoridades nicaragüenses le impidieron continuar y le decomisaron el pasaporte. Él pidió aislarse en la embajada de Costa Rica en Managua, cosa que al final no se dio por lo que fue detenido el lunes 9 de agosto.
Se cuidan entre todos
Daisy dice que aunque ahorita no cuentan con el apoyo de una organización que les dé dinero o comida, entre ellos mismos se meten el hombro cuando alguno la está viendo muy fea.
“Si un miembro de la UEN está sin trabajo y no tiene que comer nosotros recogemos lo que podemos y se lo entregamos. También nos llegan donaciones de ropa y la vamos repartiendo en las reuniones que hacemos, quien necesita escoge lo que le queda”.
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También entre los miembros de la organización se pasan la bola cuando saben de trabajos disponibles para que quienes están desempleados, la pulseen y se acomoden.
“Nos prestaron un lugar en Goicoechea, y ahí es donde tenemos nuestras cosas y hacemos reuniones, tratamos de vernos por lo menos una vez a la semana, a veces lo hacemos por medio de llamadas por Zoom por todo esto de la pandemia, pero cuando podemos las hacemos presenciales”.
Si usted es exiliado y aún no forma parte de UEN o conoce a alguien cuya vida corra peligro y necesite salir de Nicaragua lo antes posible, puede contactar a los fundadores del grupo por medio de la página de Facebook Grupo de Exiliados Nicaragüenses.
Sueño en común
Aunque cada una de las historia de los exiliados son distintas, todos tiene un sueño en común: ver a su Nicaragua libre.
“Nos duele ver ese circo político que está haciendo Ortega, organizando unas elecciones que son un engaño que sólo él se cree.
“Esperamos que llegue pronto el día en que llegue a gobernar una persona justa que le devuelva a los nicaragüenses la esperanza y la confianza, ese día volveremos todos para ayudar a reconstruir nuestro amado país”, expresó Daisy.
El Consejo Supremo Electoral de Nicaragua inhabilitó al partido Ciudadanos por la Libertad (CxL, derecha), que encabeza una alianza opositora contra la reelección del presidente Daniel Ortega en los comicios del 7 de noviembre. La entidad canceló la personería jurídica de la agrupación.