Lo que empezó como una idea para que los abuelitos de un colegio en Moravia salieran de la rutina, se convirtió en una familia de voces que ha llevado esperanza, alegría y hasta milagros a cada lugar donde se presentan.
Este año, el Coro de Abuelitos cumple 30 años y lo celebrará en grande el sábado 29 de marzo en San Jerónimo de Moravia.
Rocío Garro Ureña, de 60 años, es el corazón y la batuta de este grupo. Recuerda que todo comenzó en 1995 cuando trabajaba en el Colegio Saint Joseph y decidió invitar a los abuelitos de sus estudiantes a formar un coro.
LEA MÁS: Tica vive un gran sueño al colaborar con el famoso Jay Wheeler
Lo que no imaginó es que aquel proyecto crecería hasta convertirse en una institución que hoy cuenta con 26 integrantes, diez hombres y 16 mujeres, todos mayores de 55 años.
Inesperado inicio
Doña Rocío confiesa que al principio no le llamaba mucho la atención trabajar con adultos mayores.
“Cuando una compañera me propuso ser pianista de un coro de abuelitos, yo pensé: ‘Ay, qué pereza ese montón de viejillos’. Pero después de matricular el TCU (Trabajo Comunal Universitario), me di cuenta de lo lindísimo que es trabajar con ellos”.
El coro comenzó siendo una actividad social, un espacio para que los adultos mayores salieran de la casa y se hicieran amigos. Pero con los años, las presentaciones empezaron a tomar protagonismo y el nivel de dificultad musical creció.
La llegada de María Elena Corrales, una cantante con experiencia, que se presentó hasta en el Teatro Nacional, le dio al coro un nivel técnico que Rocío, a pesar de ser graduada en Enseñanza de la Música, no había explorado a profundidad.
LEA MÁS: Vecino de Purral le ayudó a Juan Luis Guerra a ganar su último premio Grammy
Cantando en todo lado
El Coro de Abuelitos no solo ha llevado su talento a escenarios tradicionales, sino que también ha cantado en hospitales, centros diurnos, hogares de ancianos, iglesias y hasta en cárceles.
La creadora del coro recuerda una presentación en el Hospital México, donde un doctor les pidió cantar para una esposa, quien estaba muy grave y no reaccionaba.
“Le cantamos ‘Noche de Paz’ y en ese momento ella abrió los ojos y nos enfocó. El esposo lloraba. Ahí entendí el poder tan grande que tiene la música”.
Otro momento inolvidable fue un día cuando fueron a cantar a la cárcel La Reforma.
“Una de nuestras señoras majó un hormiguero y un señor, que al verlo daba miedo, se le acercó, pero en vez de otra cosa, comenzó a quitarle amablemente las hormigas. Nos demostró lo lindo de su corazón”.
El coro también visitó el área de maternidad del San Juan de Dios.
“Cuando llegamos, todos los bebés lloraban al mismo tiempo. Empezamos a cantar una canción muy dulce y, como por arte de magia, se callaron”.
LEA MÁS: (Video) El quijongo goza de buena salud después de estar en peligro de desaparecer
Familia con cafecito y oración
El grupo ensaya todos los viernes de 2 p.m. a 4 p. m., pero de 4 p.m. a 4:30 p.m. es el cafecito, un momento sagrado donde comparten como una familia.
“Nos mantenemos unidos, es parte del alma del coro”, dice doña Rocío.
Además, antes de cada ensayo, cada presentación y cada viaje, el coro siempre hace una oración.
“Nosotros estamos sirviendo a la gente, no buscamos aplausos, sino llevar bendición a quienes nos escuchan”.
El grupo se mantiene con el aporte mensual de los integrantes, quienes dan 10 mil colones para cubrir los costos de transporte y actividades especiales como la celebración del Día del Padre, el Día de la Madre y las festividades de diciembre.
LEA MÁS: Día Mundial del Rock: Primera banda de rock de tica tiene nombre de un sabroso plato de comida
A lo largo de 30 años, el coro ha evolucionado, pero su espíritu sigue siendo el mismo: cantar con amor y alegría.
Este año tienen una invitación especial a Monteverde, pero como todo viaje, implica gastos que deben analizar.
“Es complicado, porque hay que pagar hospedaje y alimentación, pero estamos viendo cómo hacemos”.
Solo tres señoras quedan del grupo fundador. A lo largo de los años, muchos han llegado y otros se han ido, pero el coro sigue firme, con nuevas metas y el mismo amor por la música que los ha mantenido unidos por tres décadas.
“Nunca imaginé que esto duraría tanto, pero aquí estamos y vamos por muchos años más”, dice con voz firme doña Rocío.
LEA MÁS: Conocido periodista estrena la novela Bolero en sepia, inspirada en el gran músico Otto Vargas
¿Quiere integrar el coro? Tiene que ser mayor de 55 años y ganar la audición que se hace, además, y eso es lo más importante, debe tener disposición con el tiempo porque cuando se vienen las presentaciones, por ejemplo, en diciembre, la agenda se llena y bastante.
Este 2025 están aceptando solo voces masculinas, pueden escribir al WhatsApp: 8869-9424.