Recordar es volver a vivir es una frase que las hermanas Barrantes trasladaron a la práctica para recrear una foto que les tomaron en 1978, cuando todas eran niñas.
Ellas nacieron en una familia humilde y su infancia tuvo algunas carencias materiales, pero nunca les faltaron el amor y el cuidado.
La foto tomada hace 43 años es un tesoro para todas porque les recuerda una época muy linda en una Costa Rica muy distinta a la de hoy.
Yesenia Barrantes era la menor y tenía apenas 5 añitos en aquel año 78. Cuenta que la foto la tomó un señor que andaba de paseo por allá y que refleja la alegría que sintieron las hermanas menores cuando les regalaron un bolsito, una muñeca y hasta los zapatitos que andaban aquel día.
“Para esas épocas allá no había cámaras ni nada de eso”, recordó Yesenia.
El lugar que vemos en la imagen se llama Laguna y pertenece a Miramar de Montes de Oro, en Puntarenas; es una comunidad ubicada en una área boscosa.
La familia de Yesenia es muy numerosa, en principio eran 12 hermanos, pero dos murieron muy pequeños. Sobreviven ocho mujeres y dos hombres.
LEA MÁS: Foto de niña que hizo primera comunión descalza ganó concurso de imágenes antiguas
Y esos 12 eran únicamente la mitad de la familia porque Juan Rafael, el papá de Yesenia, tenía otra docena de hijos de su primer matrimonio. Su esposa había fallecido y él se casó con Analive Porras Espinoza, la madre de Yesenia.
La cumiche de ese familión compartió la primera foto de chiquillas en el grupo de Facebook “Fotos antiguas de Costa Rica” el 12 de agosto del 2020 y la imagen fue un pegue. Muchísima gente las felicitó por el bello recuerdo.
La fotografía original ha sido resguardada por su hermano Luis Barrantes Alfaro, de la primera camada de hijos de don Juan Rafael.
Aprovecharon reunión
Desde entonces quedó en la familia la inquietud de recrear el momento capturado en la imagen de 1978 y lo planearon para el 16 de octubre durante la celebración del cumpleaños 85 de doña Analive.
“Decidimos que íbamos a tomar la foto con todas de nuevo, éramos las seis menores porque las mayores (en el 78) ya se andaban ganando los cinquitos para echarle la mano a mi mamá, que había enviudado cuando yo solo tenía trece meses y aun así se hizo cargo de los veinticuatro chiquillos”, recordó Yesenia, quien añade que su madre no se casó de nuevo.
La comunidad ha cambiado mucho desde 1978 para acá. Antes había muchos terrenos amplios donde se sembraban los alimentos que se comían en sus casas y se tenía alguna vaquita. En la imagen de la que hablamos se ve detrás de las hermanas una plantación de piñuelas, que eran muy comunes antes en el país.
“Ahora ya hicieron casa ahí donde nos tomamos la primera foto. Antes había mucha distanca entre las casas, ahora ya eso todo es pueblo, el que compró puso tapias y ahora hay muchas casas, Ya no existen las piñuelas, ni cañales y quedan pocos cafetales. Ahora hay carretera asfaltada, antes ni luz había”, recordó Yesenia.
Esta vez, para la foto nueva, decidieron organizarse de mayor a menor, algo que en la primera no se hizo, se acomodaron como quisieron. En la imagen del paso 16 de octubre se observan Yadira, Elizabeth, Lorena, Leda, Meri y Yesenia Barrantes Porras.
Como algunas no viven ya en Montes de Oro, Yesenia --quien organizó la idea de reproducir la foto-- convocó a todos sus hermanos para el cumpleaños de doña Analive porque era más sencillo juntarlos en esa celebración.
Ella viajó desde Alajuela, donde vive actualmente al igual que su hermano Juan Carlos; su hermana Yadira desde Heredia y Elizabeth desde Grecia. Los demás hermanos se mantienen en Montes de Oro.
“Entre todas hicimos comida, cada una aportó distintos platillos (arroz con pollo, picadillos y arroz con leche, queque). Yo hice los bolsitos con foam porque ninguna tenía un bolsito similar al de chiquillas y cada una llevó una muñequita”, relató la cumiche.
Esa segunda foto superó el éxito de la primera en la página “Fotos antiguas de Costa Rica”, donde mucha gente les felicitó de nuevo por la iniciativa.
“Vieras qué lindo siento al leerlos (los comentarios), me encanta y damos tantas gracias a Dios porque seguimos vivas al igual que nuestra madre, que está bien pochotona”, contó Yesenia.