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Higiene del ayer: Agua del río, escusados de hueco y ceniza para lavar los platos

El agua potable impulsó mejoras en la salud de los ticos

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Los doscientos años de vida independiente del país nos han llevado a pensar en el ayer, en tratar de entender cómo vivían nuestros antepasados en 1821 o en décadas siguientes, cuando todo era tan distinto.

Antes el agua de los ríos como el Torres llegaba directamente a las casas para que de ahí la usaran en las labores diarias. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)

En la actualidad es lo más normal del mundo abrir el tubo y que salga agua potable, ir a la pulpe por cepillo de dientes y pasta, un desodorante, contar con servicio sanitario. Antes, como supondrán, eran otros cien pesos.

Vamos por partes. Conseguir agua era una aventura. Se conseguía de las acequias, nada de tuberías.

En el caso de San José, por ejemplo, se desviaba agua de ríos como el María Aguilar y el Torres para llevar el líquido hasta las casas. Ojo, pero no a cada una. Los usuarios debían ir a buscarla.

Aunque dichos ríos no estaban tan dañados como ahora, pues no eran limpios al cien por ciento, ya tenían una alta contaminación fecal, por eso era común que quienes bebían de ellos enfermaran del estómago, según nos contó el salubrista público Darner Mora.

El historiador Rodrigo Navarro accedió a responder nuestras preguntas para conocer cómo se la jugaban dos siglos atrás en campos como la salud y la higiene, que van de la mano.

-¿Dónde hacían sus necesidades nuestros antepasados?

-Lo que había antes eran unos escusados de hueco, que estaban en el patio, lejos de la casa, para que los olores no se metieran. Eran unos cajones de madera sobre los que la persona se sentaba y hacía sus necesidades, que caían directamente en una especie de pozo. Todo quedaba ahí.

Era algo bochornoso porque (al ir) se encontraba uno sapos y toda clase de bichos en el camino. Y en las noches, para no salir al patio y que le pegara el chiflón, dejaban una vasenilla bajo la cama, por si daban ganas, y en la mañana se echaba en el escusado.

Como eran de madera, y esta con los años se podría, se podía dar el accidente de quebrarse en medio uso.

Ahora ir al baño es mucho más sencillo y práctico que en los tiempos de nuestros abuelos. Foto: Shutterstock.com

-Bueno, y al terminar, ¿cómo hacían con la limpieza?

-Nada de papel hiénico acolchadito, como el que venden ahora. Usaban las tusas de elote (olotes), que ponían a secar y nada de caritas porque raspaba. Los más “naturalistas” usaban hojas grandes de los árboles.

Y ya los más papudos, a los que les alcanzaba para comprar el periódico, después de leerlo lo cortaban en cuadritos y lo guindaban en un clavo en el escusado.

Los menos penosos se iban al río, ahí de una vez se lavaban el trasero y la mano.

Cuando llegaron los servicios sanitarios como los conocemos en la actualidad, ahí por la década de los 50 (del siglo pasado), fue un paso trascendental para la salud, porque alejó la materia fecal del contacto de la gente.

-¿Y la gente se bañaba todos los días?

-Si tenés el baño cerca, más rapido se baña uno. Antes se bañaban con balde y se echaban el agua encima con el huacal, lo que hacía que no se bañaran todos los días.

La ventaja de vivir en un país tropical como el nuestro es que el calor y la humedad son tan altos que bañarse siempre se consideraba placentero, por lo que los ticos desde 1920 tienen el hábito de bañarse todos los días porque fue cuando se incrementó el acceso al agua.

(El historiador hace aquí una precisión: los indígenas sí acostumbraban bañarse a diario por el contacto tan estrecho con el agua y la naturaleza).

Antes de que llegaran al país las duchas, los más creativos les hacían huequitos a las palanganas para que el chorro cayera menos directo.

-¿Se lavaban los dientes? ¿Cómo lo hacían?

-Sí lo hacían, pero no con cepillo de dientes y pasta, como lo hacemos en la actualidad, eso empezó apenas en los años sesenta (del siglo pasado), se usaba bicarbonato, que se aplicaba sobre una toalla que restregaban sobre los dientes directamente con el dedo, quedaban blanquititicos.

Antes con tan solo el dedo con un poquito de bicarbonato sobre ellos, se lavaban los dientes nuestros antepasados.

Los indígenas y la gente de campo usaba también la caña de azúcar para limpiarse los dientes. Como es fibrosa, al morderla limpiaba los dientes, también se echaban agua para enguagarse porque se les quedaba el azucar de la caña y la caries hacía fiesta.

-¿Usaban perfume?

-Se empieza a implemetar a partir de 1900, nuestros abuelos, cuando salían a bailar, se perfumaban, eso sí de los baratos.

-¿Había desodorante?

-Se aplica de 1950 para acá. Antes, como era muy caro, se acostumbraba usar leche de magnesia para los sobacos o limón ácido.

-¿Cómo hacían las mujeres durante su periodo menstrual?

-El aseo menstrual es fundamental, antes de las toallas sanitarias debían usar un trapo, entre más absorbente, mejor.

-¿Cómo se cuidaban los hombres la barba?

-Antes había mucho barbudo porque no había navajillas, debían ir directamente al barbero.

-¿Qué usaban los hombres para peinarse?

-Aceite de aguacate y quedaban como una vaca chupada, el pelo brillaba pero era como una melcocha.

-¿Desde cuándo se usa champú en el país?

-Es bastante reciente, antes la gente usaba una mezcla de aguacate o de aloe para el pelo, como las populares gorras actuales y luego se lo lavaban.

-Y ¿el jabón, cuando apareció?

-El que más usaban era el de barra azul que, bueno, era muy concho.

-¿Cómo se lavaba la ropa?

-Se hacía diariamente a la orilla del río, a mano con agua y jabón. Luego se crearon los lavaderos públicos.

.¿Cómo se lavaban los platos?

-Se usaba la ceniza de las cocinas de leña para lavarlos.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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