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Don Justiniano Orozco, el violinista que alegra la avenida Central tiene cinco hijos, 23 nietos y dos bisnietos. Todos en su familia se encargan de cuidar al músico de 85 años, admiran su vitalidad y la forma en la que se dedica a lo que le gusta.
“De mi papá admiro la más grande voluntad y esa actitud que tiene hacia la vida. No es una persona que se ha inutilizado pese a los años que tiene, me da esperanza para vivir esos años. A su edad no tiene presión de nada”, afirmó su hijo Diógenes Orozco.
El hijo del artista fue enfático en que don Justiniano no sale a tocar el violín debido a que tenga una necesidad económica. Señaló que lo hace porque le gusta y ellos no le impiden salir, si lo hacen, podría caer en una depresión.
“Nosotros no queremos sobreprotegerlo. Si lo encerramos, podemos hacerle un daño y él sabe que cuenta con la familia para cubrir sus gastos. Sin embargo, cuando la gente le da dinero él lo invierte en la casa, le gusta ayudar y eso lo hace sentirse útil”, indicó.
Por otro lado, su nieta Angélica rescata la fortaleza que tiene su abuelo para salir a la calle y no dejarse ganar por la edad.
“Desde que soy pequeña lo recuerdo tocando algún instrumento. Ese talento lo heredó a mis tíos y a veces, cuando se reúnen, se ponen a tocar los instrumentos y así pasamos lindos momentos en familia”, añadió.
La joven agregó que a veces, cuando ella va a San José, pasa a saludarlo y de paso se asegura que esté bien.
Y lo ve feliz, tocando su violín y alegrando a cada persona que camina a su alrededor.
