Roberto González está que no se cambia por nadie. Luego de toda una vida de fumado, hace cuatro años logró vencer el dañino vicio y el cambio que ha tenido su vida desde entonces es increíble.
Él quiso dar a conocer su testimonio para que otras personas que están luchando contra alguna adicción vean que sí es posible conseguir la meta. El departamento de prensa de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ayudó a divulgar su historia.
El cambio que sintió Roberto al dejar el cigarro fue tan grande y lo hizo sentirse tan bien, que ocho meses después hasta se atrevió subir el Chirripó, la montaña más alta del país, algo que mientras fumaba era imposible de pensar.
El hombre aprendió a fumar como solían hacerlo los niños y jóvenes tiempo atrás cuando, mediante estrategias de mercadeo y publicidad de la industria tabacalera, se veía al consumo de cigarrillos como una práctica que le daba sentido de pertenencia a quienes fumaban, los identificaba con un estilo de vida que muchos envidiaban.
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Él empezó a fumar cuando apenas cursaba sus últimos años de escuela, viendo a su papá hacerlo y tomando a escondidas uno que otro cigarrillo de sus paquetes.
Durante su etapa escolar y universitaria, y luego como ingeniero agrónomo, Roberto llegó a fumar entre uno y dos paquetes de cigarrillos al día, en una época en la que aún se veía el fumado como una conducta normalizada.
“Fumar me daba esa sensación de que era lo máximo, además de rebeldía y hombría”, relata el sancarleño de 62 años al contar su historia.
Aunque siempre practicó deporte, el cigarrillo era una constante en su vida. Hizo muchos intentos fallidos por dejarlo. Hizo mil promesas a su esposa. Pero luego a escondidas volvía a fumar.
Cuando lo llamaban clientes de otros países no podía atenderles sin tener un cigarro en la boca. Pero el día que tocó fondo fue cuando recibió una llamada de un cliente de Panamá y, al no tener cigarrillos disponibles, buscó colillas en el patio de su casa para poder consumirlas.
Lo que cambió su vida
Fue su hijo, médico de profesión, quien le hizo ver que ya tenía un grave problema de adicción a la nicotina y que por sí solo nunca lo iba a poder dejar, así que le recomendó ir a la clínica de cesación del hospital San Carlos.
Ahí fue atendido por un grupo de especialistas y asumió el compromiso de cumplir al pie de la letra con lo que le decía cada uno.
Al mismo tiempo empezó a caminar, luego intentó trotar y, posteriormente, se animó a correr, y en cada avance que tenía aumentaban sus motivaciones para ponerse nuevos retos.
Fue así como le surgió la idea de subir el cerro Chirripó, una meta física y simbólica de lo que significaba en su vida el haber superado la adicción al cigarrillo.
Su vida cambió, la relación con su esposa y con sus hijos mejoró y con la motivación adicional del nacimiento de su nieta, tomó la decisión de aventurarse en la escalada. Así, sin la compañía del grupo que inicialmente le acompañaría, alcanzó la principal cima de nuestro país tan solo ocho meses después de fumar su último cigarrillo.
Hoy, a más de tres años de haber tomado esa decisión, don Roberto continúa proponiéndose nuevas metas, como correr 21 km y volver de nuevo al Chirripó.
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Gran ejemplo
Para la doctora Siany Valverde, coordinadora de la clínica de cesación de tabaco del hospital San Carlos, historias como la de don Roberto son una gran motivación para otros pacientes que también se encuentran en esa lucha por dejar de fumar y de vapear.
La especialista invitó a todas aquellas personas mayores de edad, que se encuentren debidamente aseguradas y que estén procurando dejar de fumar o vapear, que se acerquen a la clínica de cesación de tabaco del área de salud que les corresponde.
Los asistentes tendrán ocho semanas de acompañamiento de parte de profesionales en especialidades como: medicina, enfermería, terapia respiratoria, psicología, trabajo social, nutrición, entre otros. Esto permite brindar un abordaje integral a cada paciente, de acuerdo con sus condiciones de adicción y sus necesidades. Esto, reafirmó la profesional, se trata de un excelente propósito para el nuevo año.
Don Roberto recordó a quienes intentan dejar de fumar o vapear que, aunque puede ser difícil, es posible lograrlo con compromiso, fuerza de voluntad y la ayuda de las clínicas de cesación de la Caja Costarricense de Seguro Social.
“No hay palabras para describir lo gratificante que se siente vivir y respirar sin el humo del cigarro”, aseveró.