EscucharDesde que se fue Riteve, los importadores de vehículos empezaron a sufrir un calvario.
Cuando la empresa española se encargaba de la revisión técnica de vehículos era también la que llevaba a cabo las Inspecciones Previas de Nacionalización (IPN) de los vehículos importados.
Estas revisiones se empezaron a hacer en el país en el 2019 y son realmente importantes porque su fin es evitar que al país ingresen carros que hayan sido declarados en pérdida total o sacados de circulación en su país de origen; que tengan o hayan tenido el volante a la derecha, que tengan uniones o daños estructurales, errores en el kilometraje o problemas de identificación en su número de VIN o chasis.
Cuando Riteve estaba en el país, los importadores de carros iniciaban el trámite y solicitaban el servicio de IPN las estaciones y la empresa tenía máximo diez días para que sus funcionarios fueran a la aduana o al almacén fiscal en el que estaba el carro y le hicieran el chequeo, a los tres días de la revisión ya la información estaba en el sistema para hacer el pago correspondiente, pero ahora, según dicen los importadores, el proceso quedó casi que en el limbo.
Cuando se fue Riteve el proceso de la IPN lo asumió el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), un equipo de mecánicos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) llegó de préstamo para hacer esas inspecciones y aún se mantiene con el proceso.
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José Vianney Guzmán es importador de vehículos y dice que en los últimos meses su trabajo se ha complicado demasiado porque las IPN están atrasadísimas ya que los funcionarios del Cosevi no hacen las revisiones en los diez días siguientes a la solicitud del trámite, sino que van a su propio ritmo.
“Ellos van a las aduanas o a los almacenes y ven unos diez, quince o veinte carros máximo, pero ni siquiera pasan la información rápido al sistema para que uno pueda pagar el trámite, se tardan semanas en registrar los datos. A ese ritmo no se avanza porque hace poco solo en las aduanas de Caldera había como 550 carros a la espera de la revisión, esa cifra representa a unas 550 familias que se están viendo afectadas por esta situación.
“Sé del caso de colegas que han tenido que despedir colaboradores porque los procesos están frenados y no les está ingresando plata por todo este atraso”, aseguró.
Muchos gastos
El importador de carros cuenta que antes de que se fuera Riteve el proceso era manejable y se la jugaban con el mes de tiempo que dan en la aduana de Caldera para mantener ahí los carros importados.
“Como ahora el proceso dura tanto ya no alcanza ese mes que da la aduana, sino que hay que trasladar los carros a un almacén fiscal. Solo el llevar los carros ahí cuesta como $160 (unos ¢96.000) por cada uno y luego el bodegaje sale en promedio en ¢2.200 diario por carro; hace un mes por el último vehículo que pude sacar del almacén fiscal tuve que pagar por todo eso ¢256 mil por un proceso que antes me hubiera salido en unos $20 (¢12.040)”, contó.
José Carballo, presidente de la Cámara Automotriz, coincide con el importador de carros sobre que el proceso de IPN está muy abandonado y eso causa mucha afectación en el gremio.
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“Es lamentable que todavía el Gobierno por medio del Cosevi y Dekra no se hayan puesto de acuerdo sobre cómo resolverán esta situación, porque lo único que nos dicen es que están en conversaciones para solucionar el problema lo antes posible.
“Sabemos que las negociaciones existen pero las soluciones no llegan y eso afecta mucho a los importadores de carros que son personas que se esfuerzan por ir vendiendo los carros que traen al país, no pueden permitirse tener estos atrasos. Por esos carros que están a la espera de la revisión; ya muchas personas dieron adelantos y hasta están pagando préstamos sin siquiera tener el vehículo.
La Teja consultó a Dekra por qué ellos no han asumido el proceso de las Inspecciones Previas de Nacionalización y nos dijeron que eso debíamos consultarlo al Cosevi.
Por su parte esa institución dijo que se ha encargado de ese proceso hasta el momento, pero que están en conversaciones con Dekra para que la empresa alemana asuma las inspecciones lo antes posible y así acabar de una vez por todas con la tortura de los importadores.
