Melannie Campos Oviedo tiene 19 años y muchos sueños. Por eso cuando su mamá, doña Silvia Oviedo, la motivó para que aprovechara una oportunidad de oro no lo pensó dos veces y se apuntó en un programa social de la empresa Matra, para aprender a manejar montacargas.
“Sé que no es un trabajo tradicional de las mujeres, pero ¿quién dijo miedo? No tengo problemas en aprender a manejar montacargas y trabajar en eso. Estoy muy ilusionada, no sé absolutamente nada, pero así somos las mujeres, nos tiramos al agua y aprendemos sin ningún miedo”, comentó Melannie.
Matra abrió el mes pasado el período de inscripción para el programa “Motor de oportunidades”, que dio una beca completa (incluye los pases) a 12 jóvenes con condiciones económicas menos favorables para que puedan sacar adelante una carrera técnica. En este caso para desarrollarse como operadores de montacargas. La bagaceña fue una de las becadas.
Vive en Montenegro de Bagaces. Va a clases martes y viernes, por eso viaja hasta las oficinas de Matra, en Santa Ana, para recibir las lecciones de 8 de la mañana a 5 de la tarde.
“Crecí en el campo y me tocó estar cerca de familiares que manejaban tractor, aplanadora y otro tipo de maquinaria pesada. Por eso no le tengo miedo al montacargas, quiero aprender, voy a aprender y lo haré muy bien. ¿Que no hay muchas mujeres? Eso no es problema. Tengo que aprovechar esta buena oportunidad”, explicó.
Está muy contenta del aprendizaje porque su primera meta es conseguir bretecito rápido y así ayudar económicamente para crecer en sus objetivos: terminar el colegio e ingresar a la universidad. “Voy a trabajar como montacarguista y lo haré en Guanacaste si logro una oportunidad o en San José, no tengo barreras, si debo venirme para poder trabajar, lo hago”, aseguró.
Matra inició en 2017 “Motor de oportunidades” para impulsar la vida de jóvenes entre los 18 y 25 años en riesgo social. A los favorecidos se les da una beca completa de $5.400 (¢3,6 millones aproximadamente) que incluye la capacitación teórica y práctica en el manejo de la mecánica para que después consigan rápido un trabajo.
“Mi abuelita (Anabel Martínez) me ha demostrado con su ejemplo que las mujeres podemos hacer de todo. Ella siempre trabajó en el campo y nunca se queja de nada, es una luchadora, al igual que mi mamá. Por eso no les tengo miedo a las nuevas oportunidades y no tengo barreras, las mujeres podemos todo”.