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Joven pasará de ordeñar vacas a estudiar en instituto donde deciden al Nobel de Medicina

“El campo también forma. Y forma bien”, dice Samuel Villalobos, un ejemplo para muchos costarricenses de bien

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En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas, un joven de 21 años que está a punto de vivir una experiencia que lo marcará para siempre.

En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas quien estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina
Joven naranjeño que creció en el campo, entre vacas y quesos, viaja a estudiar al instituto en Europa donde deciden al Nobel de Medicina. (Cortesía/Cortesía)

Desde niño, la vida de Samuel giró alrededor de la tierra y la leche. Su familia tiene un negocio artesanal llamado Quesos Don Beto, y él, desde que tiene uso de razón, sabe lo que es levantarse de madrugada a ordeñar vacas, hacer queso, cuajada y natilla con mucho cariño.

“En vacaciones siempre me meto a ayudar a la familia. Es parte de mí porque lo hice desde niño”, dice con orgullo.

Sus papás, don Alberto y doña Alicia, le enseñaron desde pequeño el valor del trabajo honrado y del amor por lo que uno hace. Junto a sus dos hermanitas menores, creció entre fincas, lecherías y caminos de tierra.

Samuel estudió en la escuelita de Barranca y luego en el Liceo Experimental Bilingüe de Naranjo. Tenía que viajar todos los días entre media hora y 45 minutos en bus.

En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas quien estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina
Samuel nació y creció en un pueblito de Naranjo que se llama Barranca. (Cortesía/Cortesía)

Aunque no fue futbolista de equipo, se le podía ver mejengueando por las calles del pueblo, siempre como mediocampista y tratando de hacer goles, como su amado equipo Saprissa.

Su verdadero talento siempre estuvo en otro lado: el piano. Desde los 11 años lo toca, y en sus dedos también vibra esa conexión profunda con la vida.

A pesar de su entorno tranquilo, su mente siempre fue curiosa. Cuando le tocó mudarse a estudiar a Cartago, para ingresar al TEC, fue como pasar de un mundo a otro.

“El ruido de la ciudad me costó. Aquí en el campo casi no se oye nada, solo las chicharras... allá todo suena, todo se mueve”, recuerda.

En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas quien estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina
Desde chiquitico pasó en contacto con el campo y eso lo enamoró de todo tipo de forma de vida. (Cortesía/Cortesía)

Actualmente, Samuel estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina.

Irá de setiembre del 2025 a marzo del 2026, y trabajará en fisiología del tracto gastrointestinal y las glándulas exocrinas, dentro del laboratorio del doctor Gustavo Monasterio Ocares.

En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas quien estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina
Un día muy especial, cuando se graduó del Liceo Experimental Bilingüe de Naranjo. (Cortesía/Cortesía)

“El campo me enseñó a valorar la vida, y estar cerca de todo lo que está vivo despertó mi curiosidad. Por eso me enamoré de la biotecnología, porque es estudiar lo vivo y buscar soluciones a partir de eso”, explica.

Samuel, en la búsqueda de un lugar para realizar su trabajo final de graduación encontró el laboratorio al que ahora irá a estudiar.

La oportunidad surgió porque él mismo buscó, se informó y escribió al laboratorio. Adjuntó su currículum, tuvo una entrevista, y unas semanas después, recibió la respuesta que le cambió la vida: estaba aceptado.

En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas quien estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina
Estudia Ingeniería en Biotecnología y será el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia. (Cortesía/Cortesía)

Samuel siente que esto no solo es un logro personal, sino también un mensaje de esperanza.

“He estudiado toda mi vida en el sistema público. Soy del campo. Y ver que uno puede llegar lejos, con esfuerzo, solo con ganas, me llena de gran satisfacción”.

Su tutora, la profesora Silvia Castro Piedra, destaca no solo su excelencia académica, sino su calidad humana.

“Ver a Samuel alcanzar esta oportunidad en uno de los laboratorios más prestigiosos del mundo es un honor. Es un joven brillante que llevará muy en alto el nombre del TEC y de Costa Rica”, aseguró.

Samuel vivirá su primera vez en Europa. Se va con ilusión, con algo de nervios y con una maleta que no solo lleva libros, la bata blanca y ropa.

“El café no me puede faltar. Soy bien cafetero. Y no puedo desayunar sin gallopinto... tendré que aprender a hacerlo allá”, dice entre risas.

En Barranca de Naranjo, un pueblito escondido en la parte alta de la zona rural alajuelense, donde se respira olor a zacate fresco y la noche se ilumina con estrellas, nació y creció Samuel Villalobos Vargas quien estudia Ingeniería en Biotecnología y está a punto de hacer algo histórico: es el primer estudiante de su carrera y del TEC que irá a realizar su trabajo final de graduación al Instituto Karolinska, en Suecia, donde se define el Premio Nobel de Medicina
La familia (falta una hermanita en la foto) siempre ha sido muy unida y anamorada del campo. (Cortesía/Cortesía)

Saprissista hasta los huesos (aunque sea alajuelense de nacimiento), Samuel se define como un joven soñador, trabajador, amante del campo y de la ciencia. Tiene claro que quiere seguir estudiando, especializarse, y algún día regresar para devolverle al país lo que este le ha dado.

“A veces uno cree que solo los que nacen en ciudades grandes o con muchos recursos logran estas cosas. Pero no. El campo también forma. Y forma bien”, concluye.

Desde las montañas de Naranjo hasta los pasillos del instituto donde se define el Nobel de Medicina, Samuel Villalobos está listo para demostrar que los grandes sueños también nacen entre vacas, quesos y chicharras.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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