Carlos Roberto Muñoz Quirós, quien fue abusado sexualmente y violado a los 12 años por el exsacerdote Mauricio Víquez y con quien la Iglesia católica perdió un juicio, recibirá ahora por parte de la institución 65 millones de colones, pues ésta habría ocultado los hechos. Pese a lo sucedido, Muñoz asegura que sigue siendo católico.
“Sigo siendo católico, no practicante. Seré católico toda la vida porque así fui criado en mi hogar. Muy de vez en cuando voy a la iglesia, a la misma iglesia de Patarrá (en Desamparados), en donde el padre Víquez me hizo todo cuando era niño. De hecho, como sigo viviendo en Patarrá, paso todos los días al frente de la iglesia, es un mal recuerdo, pero es algo que ya yo estoy trabajando”.
“Por muchos años viví solo todo este tema de mi abuso sexual y violación, muchos años. Nunca busqué ayuda sicológica de ningún tipo, no dije nada en mi casa, a nadie, todo eso lo reprimí. Yo veo la iglesia y sé que sucedieron cosas muy fuertes. Hace un año estoy con un sicólogo que me está ayudando”, comenta Carlos Roberto.
Carlos afirma que sí cree en Dios y que su amor a Dios jamás cambiará. “En mi familia seguimos siendo muy creyentes, mi esposa es católica. No niego que no tengo problemas en ir a misa, pero aquello de ser un ferviente servidor ya no volvió ni volverá a suceder nunca más, en eso sí tengo que ser claro, eso sí, mantengo mi fe intacta”, dice.
LEA MÁS: Iglesia católica enfrentará 2 juicios más por ₵100 millones cada uno
Una de las cosas que más le alegra a Carlos es que su corazón está limpio con respecto al tema de todo lo que le hizo el padre Víquez.
“El ser humano comete errores, eso lo entiendo, también, estoy muy convencido de que existen las segundas oportunidades. No les tengo odio (al padre y a la iglesia), pero sí reconozco que lo que me hicieron y lo que le hicieron a muchos otros, no está para nada bien”.
“Yo no los odio, no tengo que perdonarles nada. Uno siempre se da cuenta de lo que hace mal y en el caso del padre y la iglesia, la ley se los ha venido a dejar claro: hicieron mal y tienen que pagar”, asegura.
LEA MÁS: Iglesia le tiene que pagar ₵65 millones: “Los que vienen atrás no están solos”
Es sincero al reconocer que ya jamás se sabrá si aquel monaguillo de 12 años hubiese seguido un camino en la iglesia que incluso lo llevaría a ser sacerdote, pero sí explica que: “Me encantaba ser monaguillo y veía a los padres como lo más cercano a Dios, los respetaba mucho. En aquella época uno como niño pensaba, qué bonito ser como ellos”.