Nacional

Jugaron mejenga con la cabeza de un preso

Los Hijos del Diablo sembraron el terror durante los años setenta

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Los Hijos del Diablo fueron una temible banda de costarricenses que se formó dentro de la Penitenciaria Central, la principal cárcel del país, que se ubicaba en lo que hoy es el Museo de los Niños.

Sus integrantes casi nunca decían sus nombres y apellidos. Eran conocidos por sus apodos, entre ellos estaban La Negra Wilson, Salchicha, Papá Diablo, Go-Go, Mordiscoemono, Mamá Sapa, Canalete, Mataepelo, Chito, El Renco, Seisdedos, Corneta y Gato Flaco. Sus líderes eran Caballón y Pico e’ lapa.

Esta recreación en el actual Museo de los Niños, muestra cómo era la vida en La Penitenciaría Central, La Peni, donde se encarcelaban los peores delincuentes del país. Foto Archivo. (Graciela Solis)

La banda nació a principios de los setenta dentro de la Peni, donde había más bandas como Los Escorpiones negros y Los Nietos del demonio. Caballón y Pico e’lapa, líderes cada uno de su propia banda, decidieron unir fuerzas para, según ellos, darle orden a la cárcel y cuidar a los humildes y a los débiles.

En una serie de reportajes titulados “El renacer de un exconvicto”, RTN Noticias de Canal 13, entrevistó en el 2013 a Luis Gerardo Quesada, Pico e’lapa, quien confirmó que él y Caballón fundaron los Hijos del Diablo.

“Los presos comenzaron a vivir más tranquilos porque si un preso violaba a otro, ese que violó era asesinado. Teníamos reuniones y éramos trece, se tenía una lista que analizábamos, si alguno de esa lista merecía morir por sus actos y siete votaban a favor de asesinarlo, esa persona se asesinaba”, explicó entonces Pico e’lapa.

La Peni cargada de calabozos, donde vivieron en una época negra de las prisiones del país, los Hijos del Diablo. Archivo. (Mayela López)

También le reconoció a la periodista Mariana Marín que fue cierta la historia que dice que los Hijos del Diablo mataron a un preso, le arrancaron la cabeza y comenzaron a jugar mejenga en el patio principal de la Peni. Lo hicieron para meterles miedo a los otros presos, para “ganarse el respeto”.

A finales de los setena la banda comenzó a desintegrarse, sus miembros comenzaron a fugarse al sentir que pasarían demasiados años en prisión. Luis Gerardo pasó 36 años preso, salió en el 2007 y por vender drogas volvió otros cinco años. Actualmente vive –dice– de la mano de Dios en Atenas.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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