Un nuevo jalón de orejas le dio el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) al Ministerio de Obras Públicas y Tranportes (Mopt) por la pesadilla que representa el proyecto de ampliación de la ruta 32, entre el cruce de Río Frío y Limón.
La regañada tiene que ver con los cambios en el diseño original y la obra que se construye, pues estos se podría traducir en peligros para los conductores, peatones y vecinos.
Lanamme resaltó la sustitución de pasos a desnivel por rotondas, la falta de rutas marginales en sectores estratégicos o la falta de otras obras complementarias como pasos o puentes peatonales, que se incluyeron en el diseño original, pero no se harán.
“Un corredor por donde transita cerca del 80% de las importaciones y exportaciones del país, por medio de transporte de vehículos pesados, debe tener un diseño funcional coherente a lo largo de toda su extensión, que permita la movilidad ágil de este tipo de tránsito, garantizando el flujo y la seguridad de los usuarios”, explicó Lanamme.
Este proyecto está a cargo de la constructora China Chec y suma casi cuatro años de retraso, con un costo inicial de $465 millones, equivalentes a 256 mil millones de colones.
Ese es parte del problema, el dinero, porque el Mopt y el Conavi insisten en que requieren $200 millones adicionales (110 mil millones de colones) para financiar las obras que garanticen la seguridad vial de todos los usuarios a lo largo de la ruta.
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Para Lanamme, el gobierno debe actuar lo antes posible: tiene que desarrollar un nuevo proyecto y buscar la plata que dé seguimiento al proyecto original.
Eso permitirá “solventar las deficiencias del proyecto original, apegándose a los estándares técnicos que debe tener un corredor vial como este”, informó.
La reacción de Lanamme se da como respuesta a declaraciones del presidente Rodrigo Chaves del pasado 11 de agosto, en las que afirmó que “debido a su pecado original, la ampliación de la ruta 32 nunca llegará a ser una carretera de primer mundo”.
Por su parte, el ministro del Mopt, Luis Amador, dijo: “lo que nosotros recibimos como proyecto era algo que no se podría ajustar presupuestariamente. Es un préstamo en el cual el 85% de los recursos están en China y se pagan allá, lo que significa que no es algo como la ruta 1, donde se puede maniobrar y buscar otra vía de financiamiento”.