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Las inundaciones y tener que ir a albergues golpea tan fuerte como perder a un ser amado

Las inundaciones y tener que ser trasladados a un albergue golpea con fuerza el ánimo de los afectados

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Durante estos días, cientos de personas han sufrido por la inundación de sus casas, por lo que muchos se trasladaron a albergues o viven con el temor de que un terraplén les caiga encima. Estas situaciones y otras causadas por tantas lluvias, han golpeado tan fuerte a la gente como si se tratara de la muerte de un ser amado.

La sicóloga experta en familia, María Ester Flores, nos explica que ante tantos desastres provocados por el agua, las familias viven un luto tan fuerte que deben atravesar, de forma similar, las cinco etapas del luto ante la muerte.

Inundaciones por onda tropical #45
Las inundaciones y pasarla en un albergue golpean tan fuerte como la misma muerte (Cruz Roja)

“Lo primero es el impacto fortísimo de la inundación, de ver la casa llena de agua, de pasar de estar tranquilo en el hogar, a tener que activar todos los mecanismos de defensa ante un desastre natural. Es como si nos bajaran la cuchilla de la electricidad, nos quedamos sin energía en el alma. Es un sentimiento como el de un bebé desvalido que no sabe ni para dónde agarrar.

“Ante este impacto salen sentimientos que uno podría no conocer: algunos lloran, otros gritan, otros se aíslan, otros hablan mucho. Son sentimientos inesperados ante el golpe de la situación que están comenzando a vivir”, comenta la sicóloga.

Recomienda la profesional la importancia de permitirse dejar salir los sentimientos, llorar si se sienten ganas, por ejemplo, lo único que no se permiten son sentimientos que vayan en contra de la vida de sí mismos o de otras personas.

Se debe aceptar lo que está pasando, lo que ninguna familia debe aceptar es que lleguen otros a decirle que eso no es nada, que todo es material, que por lo menos están vivos.

Inundaciones por onda tropical #45
Las inundaciones de los últimos meses han golpeado física y sicológicamente a muchas familias. (Cruz Roja)

“Eso es una agresión, porque sí pasó algo y fuerte, perdí muchas cosas materiales, recibí un golpe sicológico enorme. Lo que hay que decir es que se entiende lo duro que están viviendo, lo doloroso que es, en su lugar no sé qué haría. La persona necesita sentirse entendida por los demás.

“El segundo paso es la negación, la mente se nubla, uno se repite que esa inundación no puede estar pasando. El problema con la negación es que no nos permite correr a ponernos a salvo, por eso se necesita ser muy realistas y decirnos que la situación sí es verdad, pasó la tragedia, hay que aceptar la realidad porque en negación no se le puede ayudar a nadie”, asegura la profesional.

Sigue el tercer paso, el enojo, aclara la sicóloga de familia. Es en este, donde la persona afectada se pelea con la vida, con Dios, con todo el mundo. Es normal. ¿Cómo es posible que perdiera la casa, el carro, que esté en un albergue? No se debe reprimir esa ira.

Sigue la frustración, por más que se niegue todo, sí es verdad que perdí cosas, que estoy ante un desastre natural. Viene una tristeza profunda y se llora, no se quieren levantar, piensan en rendirse. Es un paso muy peligroso.

La sicóloga recomienda que la gente en albergues converse, se apoye, se aconseje. Hablar en grupo es bueno. (CNE para LN)

Las personas en albergues deben ayudarse, hablar entre ellos, desahogarse, contar sus experiencias, eso ayuda mucho, así como abrazarse, apapacharse, tomarse un cafecito juntos, en grupo, eso los sostiene sicólogicamente. La última fase es la aceptación de la realidad.

“Conversar en familia, en grupos, es importante para avanzar sicológicamente ante una desgracia. Por las noches, hablar de lo vivido, aprender de la experiencia y darse ánimos”, recomienda María Ester.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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