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Les presentamos el taller donde se construyen las “armaduras” para verdaderas guerreras

Taller se encarga de confeccionar pelucas de todo tipo para las mujeres que luchan contra el cáncer

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Les estamos hablando muy en serio. Conocimos el taller donde se construyen las “armaduras” para verdaderas guerras.

Es el taller de doña Ana Campbell, quien todos los días, junto a un equipo de amorosas trabajadoras, hacen pelucas para que las usen las mujeres a las cuales se les cae el pelo mientras luchan la gran batalla contra el cáncer de mama.

Hace mas de 15 años doña Ana tiene el taller donde se construyen las “armaduras” para verdaderas guerreras. (Jose Cordero)

Uno cree que va a llegar a un típico taller donde están cosiendo a máquina, pegando puntadas a mano alzada o vistiendo alguna cabeza de maniquí para lograr la mejor peluca. No es así, uno llega a un taller de amor.

Sí, hay máquina de coser, pero lo que cose Karina Astorga es esperanza. Está Roxana García tejiendo a mano alzada; sin embargo, lo que teje es amor. Por supuesto, también está doña Ana, quien tiene más de 15 años de alistar las “armaduras” (pelucas) del positivismo, de la motivación, del sí se puede.

Karina Astorga nos explica el proceso de hacer una peluca para luchadoras contra el cáncer de mama

Hace un poco más de 15 años doña Ana conoció por primera vez la Fundación Nacional de Solidaridad contra el Cáncer de Mama (Fundeso), además, se enteró de las pelucas con cabello humano que hacen ahí para las guerreras y ya nunca más pudo mantenerse alejada del proyecto.

Ahora doña Ana hace las pelucas, les da mantenimiento y las personaliza al gusto de cada luchadora. Es una labor que ella ama. Cada vez que uno le toca el tema de las pelucas su rostro se ilumina y una sonrisa enorme demuestra su pasión y amor.

Doña Ana Campbell con su proyecto LOVE 31:10 hace desde hace 15 años pelucas para las mujeres que luchan contra el cáncer de mama y se les cae el pelo.
Karina Astorga le pone mucho amor a cada puntada que da con su máquina. (Eduardo Vega Arguijo)

Ojo, no es una labor barata, para cada peluca se ocupan unos 200 mil colones. Es ahí donde entran empresas que se ponen la mano en el corazón y ayudan económicamente a Fundeso. Las guerreras dan un monto simbólico de dinero por cada peluca y si no tiene un cinco, pues no da nada.

“Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas!”. Es un pasaje bíblico: Proverbios, capítulo 31, versículo 10. Además, es el grito de batalla del taller, de doña Ana, quien encierra todo lo que hace por las guerreras en lo que ella llama “LOVE 31:10″.

Ana Campbell tiene más de 15 años de hacer pelucas para las mujeres que luchan contra el cáncer de mama

“Cuando entra aquí (al taller) una luchadora contra el cáncer de mama y tiene un turbante, un sombrero, tapándoles la cabeza sin pelo, generalmente bajan la mirada al verse al espejo. Les digo que es el momento de usar todas las pelucas con las que soñó.

“Siempre busco robarles una sonrisa que rompa el hielo de ese primer encuentro, poco a poco comenzamos a hablar y es cuando les digo que todo va a estar bien”, reconoce la estilista quien comenzó solita la confección de pelucas de cabello humano, el cual es donado por las personas a Fundeso todo el año, sobre todo, en octubre que aumenta la exposición en medios de comunicación por ser el mes de la lucha contra el cáncer de mama.

Doña Ana Campbell con su proyecto LOVE 31:10 hace desde hace 15 años pelucas para las mujeres que luchan contra el cáncer de mama y se les cae el pelo. En la foto, Roxana García.
Roxana García teje esperanza en cada mechoncito de pelo que va uniendo. (Eduardo Vega Arguijo)

La mayoría de las mujeres que llegan por su “armadura”, generalmente, buscan una peluca que sea lo más parecido al pelo natural que tenían, por dicha doña Ana y todas las voluntarias de LOVE 31:10, tienen varias para mostrarles.

“No nos quedamos en hacer una peluca o varias y ya. Cada mujer que atendemos, además de ser tratada con mucho amor, recibe una atención personalizada. Buscamos con ella la peluca que más le guste y se la adaptamos tal cual ella la quiere. Es un proceso muy lleno de amor y de fe.

“El poner una peluca es abrazarlas, es motivarlas, es escucharlas. Cada peluca cobra vida con cada luchadora que las usa. Soy muy feliz porque este taller está lleno de historias de triunfadoras, de una gran alegría”, reconoce doña Ana.

Cada guerrera escoge la peluca que más le gusta, además, se le personaliza completamente. (Jose Cordero)

Fundeso trabaja desde hace muchos años con pacientes diagnosticadas con cáncer de mama y presta y alquila las pelucas con un precio simbólico a las pacientes y también las dona a los hospitales públicos del país.

Además, proporciona un acompañamiento integral que incluye apoyo educativo sobre el padecimiento, sicológico y físico, pues disponen de servicio de terapia física.

Cuenta con un albergue para darle un techo y comida gratis a las guerreras de lugares alejados de San José, mientras reciben sus tratamientos de quimioterapia o radiación, o para que puedan asistir a sus citas de control.

“Recibir estas pelucas significa mucho para nuestras pacientes. La solidaridad de empresas como Walmart, en donde se recibe el cabello, nos permite continuar con nuestra misión de brindar esperanza y dignidad a quienes más lo necesitan”, comentó Marta Kinderson, presidenta de FUNDESO.

Donación de cabello 2024 para la lucha contra el cáncer de mama. En la foto,
¡Done! El próximo sábado 26 de octubre hay campaña de recolección en el Walmart de Liberia y el domingo 27 de octubre, en el de Pérez Zeledón. (Cortesía)

Todavía no ha finalizado octubre, eso significa que sigue activa la campaña 11 de donación de cabello llamada “Modo Rosa”. No deje de donar. El año pasado, según reportó Walmart, se donaron 3.044 trenzas de cabello, en el 2022, la donación fue de 2.292 trenzas.

El próximo sábado 26 de octubre hay campaña de recolección en el Walmart de Liberia y el domingo 27 de octubre, en el de Pérez Zeledón.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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