Don Luis Antonio Sobrado vivirá las próximas elecciones presidenciales de una forma muy distinta a la que estaba acostumbrado.
Durante más de 20 años trabajó en el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), incluso desde el 2007 lo hizo como presidente de la institución; sin embargo, ahora lleva una vida más saludable y tranquila, a la cual se está adaptando rápido.
El 27 de octubre pasado, Sobrado sorprendió al país con su renuncia. Tomar la decisión no fue fácil, pero sus principios lo hicieron dejar el puesto que tanto quería con tal de no hacerle daño a la democracia costarricense. Ana Lupita Mora, una hermana de su esposa, se postuló para la vicepresidencia y a una diputación por el partido Costa Rica Justa, así que se hizo a un lado para evitar malos entendidos.
La Teja conversó con don Luis Antonio para saber cómo ha sido su vida desde el 16 de diciembre pasado, cuando dejó el TSE y dice que aunque extraña a sus compañeros, disfruta mucho tener tiempo para compartir con su familia.
— ¿Cómo ha sido ver la campaña electoral desde afuera?
Ha sido una experiencia nueva después de 20 años de estar de lleno en el quehacer electoral, desde una posición de magistratura y de presidencia. Se siente un poco extraño no vivir con esa adrenalina el proceso electoral.
Desde luego que les deseo a mis compañeros mucha sabiduría y éxitos para sacar adelante esta campaña electoral tan compleja, con una cantidad excepcional de candidaturas y con una buena proporción del pueblo costarricense que aún no ha tomado la decisión de por quién votar. Yo sí, ya tengo decidido por quien votar.
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— ¿Qué ha hecho en este tiempo que ha estado en casa?
Un montón de cosas que tenía postergadas, como atender mi salud que estaba pendiente, disfrutar pequeñas cosas en familia, salir a caminar con las perras (Luna y Nina) que son como mis hijas menores, que le alegran a uno el corazón y, como no tengo nietos, tengo las perritas. También he aprovechado para descansar, soy profesor universitario en la UCR desde hace mas de 35 años y ahorita estoy de vacaciones.
Tengo responsabilidades con mi familia, atiendo necesidades de mi mamá y mi tía que son viejitas. En las tardes saco tiempo para leer o para ver una película, estoy haciendo arreglos en la casa que también estaban postergados, me la estoy tomando con calma. Estoy viviendo un momento muy agradable de mi vida.
— ¿Puede dormir un poco más ahora que no tiene la obligación en el TSE?
Lo normal en tiempos del Tribunal era que yo me despertara a las 4:30 de la mañana y viera las primeras noticias del día, ahora duermo corrido hasta después de las 7 de la mañana. Los primeros días me pasaba que me despertaba en la madrugada y me tenía que obligar a volver a dormir, pero ya me doy el lujo de dormir ocho horas. Hasta el cuerpo ha ido agradeciendo el bajar el nivel de tensión, figúrese que a dos meses de haberme retirado del Tribunal, me bajaron los triglicéridos, el azúcar y el colesterol.
— ¿Cómo recuerda los días previos a una elección presidencial en el TSE?
El mes entero de enero, previo a una elección, pero sobre todo los días cercanos, son muy tensos porque se están terminando de afinar detalles y siempre salen cosas de última hora que lo ponen a uno a correr. Esos días se trabajaba de nueve de la mañana a nueve de la noche y además fines de semana, aunque no se vaya a la oficina hay que estarle dando seguimiento a lo que aparecía en prensa, coordinar con funcionarios de apoyo, es una tarea 24/7.
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— ¿Cómo es el propio día de las elecciones?
Es el día más tranquilo para un magistrado electoral porque ya lo que se hizo, se hizo. Ese día hay tensión, pero el trabajo no es más que esperar que todo se desarrolle bien y dar conferencias de prensa. Uno de los temas más importantes es la apertura de las juntas, si hay algún problema en alguna se puede abrir más tarde, eso sí, antes del mediodía.
Hay un momento muy especial y es cuando le entregan a uno el primer corte, durante unos diez minutos uno es el único en el país que sabe el desenlace de la elección, este año voy a extrañar eso.
Este 6 de febrero creo que va a ser un poco extraño estar del otro lado de la acera, pero creo que viviré la transmisión de datos con la misma emoción. Voy a ir a votar bien temprano, me gusta abrir la junta electoral y estaré el resto del día en casa viendo la cobertura por los medios de comunicación.
— ¿Que le ha parecido la campaña electoral?
Esa enorme cantidad de candidatos tiende a ser confusa para el electorado, pero yo creo que la gente se está tomando muy en serio su decisión electoral. Las personas tienen muy claro que la decisión del 6 de febrero es muy importante y que una adecuada selección nos da mayores posibilidades de recuperar a Costa Rica luego del golpe de la pandemia.
— ¿Qué debe tener el próximo presidente?
No solo es importante el liderazgo positivo, sino también el equipo que rodea a un mandatario, que sea solvente, que ayude en la toma de decisiones de manera informada y teniendo en cuenta todos los aspectos, además de que sea capaz de asumir retos.
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— ¿Qué es lo que más extraña del trabajo?
A mis excompañeros que terminaron siendo como una segunda familia, teníamos una excelente relación personal. El contacto con ellos ahora es bastante poco porque no he querido incidir en la conducción del proceso electoral, yo ya estoy afuera y ellos son ahora los que están a cargo, es mejor tomarse una prudente distancia.
— ¿Qué mensaje le da usted a los ticos de cara al 6 de febrero?
El salir a votar para elegir el presidente y los diputados es un derecho que no tienen todos, hay muchas personas en el planeta que siguen viviendo en realidades autoritarias o que viven elecciones que no son verdaderamente íntegras y auténticas. Es importante que nuestra opinión cuente, un voto puede cambiar una elección de diputado o de presidente, así que hay que ser parte de la solución y no del problema.
Hay que salir a votar con la cabeza y no con el hígado o el estómago y saber que lo que está comprometido no son los intereses de los demás, sino los nuestros, hay que tomárselo con mucha responsabilidad.