La presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) Marta Esquivel contó su experiencia al ser detenida por autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y trasladada en perrera, desde Pérez Zeledón hasta los Tribunales de Goicoechea.
Esquivel fue detenida el 23 de setiembre anterior, por el llamado “Caso Barrenador”, en medio de aparentes cuestionamientos por tráfico de influencias, en donde se investiga la adjudicación de 138 ebáis por parte de la Caja a algunas cooperativas.
La presidenta dio una entrevista al canal Multimedios, en donde habló de los cuestionamientos por este caso y cómo la pasó en el vehículo que la devolvió a la capital.
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De vacaciones
Esquivel le dijo al periodista Michael Soto que el fin de semana previo a su detención estuvo de paseo en Uvita de Osa y el lunes iba a participar en la actividad de celebración de los 200 años de la declaratoria de la Virgen de los Ángeles, que se llevó a cabo en Cartago.
Según le narró al periodista, cuando iba de camino escuchó por las noticias, que estaban allanando su casa. Eran las 6 a.m.
“Era difícil comprender si nos iban a detener o a llamar a declarar. En mi casa no había nadie. Como yo escuchaba la violencia con la que se entraba en la casa pensé que si yo no paraba en la oficina del OIJ más cercana, me iban a poner orden de captura, me encontraban en el cerro de la Muerte y eso iba a ser de terror”, dijo.
Esquivel se fue para la sede del OIJ en Pérez Zeledón y allá los funcionarios no la reconocieron, por lo que dijo que la estaban buscando.
“Les digo que se está dando lo de los allanamientos, que están ordenándonos ir a la Fiscalía y empiezan a llamar. Yo digo, me puedo ir a San José si me dicen dónde llegar, quería que supieran que no estaba huyendo y me dicen que no. Me dicen: ‘queda usted detenida’.
“Hay que decir las cosas buenas, cuando me metieron a la celda de Pérez Zeledón y cuando estaba tratando de procesarlo, llegó una muchacha verificando el estado de los privados de libertad, le conté que no había desayunado y me llevaron desayuno”, recordó.
La directiva añadió que el viaje en la perrera fue difícil.
“Llovía mucho, me dieron una bolsa plástica, les dije que no y me respondieron: ‘déjesela, es probable que pase’ (vomitar).
“Cuando veo la velocidad a la que iba ese carro, la sensación es extraña porque uno está solo ahí adentro. Llovía muy fuerte, en la perrera hay unos huequitos que no dejan ver y solo sentía los golpes”, afirmó.
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Reconoce sobreprecios
Esquivel justificó los contratos y explicó con ejemplos, cómo iban a beneficiar a los asegurados.
“Son adicionales (los ¢12.400 millones) por servicios adicionales. Solo para ponerle un elemento; cuatro horas más de servicio en 138 Ebáis. Por lo menos un 16 por ciento, es eso de impacto en el aumento y hay 12 líneas más.
Hay cambios que evidentemente vinieron a impactar en el costo y eso no fue valorado por las personas que hicieron el análisis de costos”, dijo.
Para ella, la decisión tomada fue la correcta.
“Yo, hoy más que antes, estoy clarísima de que la decisión que tomamos fue la correcta y de que partimos de criterios técnicos muy bien fundamentados para tomar la decisión. No fue antojadiza, no fue que nos pusimos de acuerdo. Se pidió el criterio técnico pedido por la Dirección Jurídica y la Gerencia de Logística”, recalcó.