Romel Meléndez Morales es un médico general, especializado en salud sexual y reproductiva y farmacólogo clínico, de nacionalidad nicaragüense. Él llegó a Costa Rica el 2 de agosto del 2018, exiliado por al asedio y represalias de la dictadura de Daniel Ortega Murillo.

Lo perseguían solamente por haber atendido a jóvenes universitarios que salieron heridos producto de las protestas antigubernamentales de ese año.

Meléndez es originario del municipio de La Concha, en Masaya, y además de ejercer la medicina en su país, era docente universitario, pero tristemente, a pesar de semejante currículum, no ha podido practicar su carrera en Costa Rica, por lo que hace más de dos años empezó a trabajar como mesero en el restaurante Friday’s, en San Pedro de Montes de Oca.

“Empecé a trabajar con el dueño del restaurante, don Carlos Hueso, para realizar los protocolos covid en el restaurante y encargarme del área de higiene, salud, y eso, tengo dos años y medio ya de estar laborando acá, en atención al cliente como mesero”.

Al momento de realizarle la entrevista en las instalaciones de su trabajo, pidió detenernos al menos dos veces para poder atender a los clientes, con una actitud muy amable y feliz.

El nicaragüense manifestó que el cambio de pasar de un consultorio a atender en un restaurante ha sido muy duro, pese que antes de ser médico también apoyaba a sus padres en el campo, cuidando la finca familiar.

“El cambio pues ha sido duro, realmente radical, yo estaba acostumbrado a atender pacientes, en un consultorio, aunque cuando era joven nosotros, mis hermanos y yo, trabajamos con mi papá en la finca, entonces, pues vengo de una familia trabajadora. Gracias a Dios que se me enseñó a trabajar, pero aún así el cambio es duro”, agregó.

Meléndez señala que esa misma situación la han vivido muchos colegas médicos, con grandes especialidades, que han tenido que bretear en Uber, construcción o en vigilancia, para poder subsistir en este país.

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“Este ha sido un obstáculo bastante fuerte que no han podido superar varios médicos, se han tenido que ir para otros países por esa razón y otros han regresado a Nicaragua. El trabajo que muchos hacían era como médicos, como especialistas o subespecialistas y en su momento tuvieron que trabajar en Uber, como guardas o en diferentes lugares”.

28 años como especialista

Solo en ese restaurante josefino, alrededor de 10 especialistas en la salud nicaragüenses se encuentran laborando, profesionales con muchos años de experiencia. En el caso del doctor Meléndez, este ”tenía 28 años de trabajarle al Ministerio de salud”.

El médico nicaragüense asegura que cuando él llegó a Costa Rica, junto con 34 colegas, pensaban que iban a poder ejercer.

“Inicialmente, el Congreso del Colegio Médico latinoamericano, había instado a los colegios del área latinoamericana a que ayudaran a los médicos que estaban saliendo de Nicaragua exiliados y Costa Rica fue uno de los que dijo que sí, que iba a apoyar, pero cuando ya vinimos la realidad fue otra, porque nos han puesto múltiples barreras”, detalló.

Únicamente uno de los especialistas nicaragüenses que estudió en Costa Rica es quien ha podido homologar sus títulos e ingresar a laborar en suelo tico y eso ha provocado que la mayoría salgan de acá hacia otros lugares como Ecuador, Chile, España, Estados Unidos, donde sí lo han podido hacer.

¿Qué les dice el colegio médico?

El especialista nicaragüense, al conversar con La Teja, señaló que en Costa Rica son tres filtros para poder homologar o inscribir sus títulos universitarios, pero que el Colegio de Médicos no se las pone fácil pese a firmar el acuerdo de apoyo emitido por el Colegio Médico Latinoamericano.

“Aquí son tres filtros, el Conare (Consejo Nacional de Rectores), el Colegio de Médicos y la UCR, te envían a sacar una cantidad de documentos que por la misma prisa con la que nosotros salimos y el hecho de estar tildados en Nicaragua como terroristas, no se nos brindan esos documentos al día”, explicó Meléndez.

Pues pese a tener sus certificados de notas con él, no son aceptadas porque no están actualizados, además de eso les están solicitando carta de servicio social, la cual únicamente la entrega el Ministerio de Salud, que obedece las órdenes dadas por el dictador.

Meléndez también es miembro de la organización Médica Nicaragüense y asegura que en varias ocasiones él, en conjunto con otros colegas, han expuesto la problemática que existe con referencia a conseguir ese tipo de documentos actualizados; sin embargo, estos les indican que si no lo consiguen no pueden continuar pasando los filtros.

“La mayoría de los médicos hemos ido al Conare porque es la primera instancia, nos han recibido los documentos que llevamos, pero después nos dicen que tienen que estar al día y nosotros les hemos explicado que no podemos regresar al país, nos dice que hasta que completemos los documentos pueden pasarle al expediente a la UCR y al Colegio Médico”.

Con relación a la firma del convenio centroamericano que proporcionaba a los médicos exiliados una licencia para poder ejercer mientras ponían al día sus documentos, el Colegio de Médicos señaló “que ese documento fue firmado por la presidencia y prácticamente no era válido porque ellos no lo habían avalado”.

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Y, como si fuera poco, Meléndez asegura que también se emitió un comunicado a todas las universidades de Costa Rica para que no contrataran a médicos que no estuvieran colegiados.

“Fuimos a las universidades, nos aceptaron los documentos, nos dijeron que sí, incluso ya habíamos médicos que íbamos a firmar contrato, pero el Colegio de Médicos, sabiendo que habíamos entrado más de 34 médicos, pasó una circular a todas las universidades, en el cual se les indicaba que no podían contratar médicos que no estuvieran colegiados”, contó Melendez.

Lo que más extraña de su país es su familia, su hijo, esposa y madre.