Heidy Arce hizo una promesa en 1981 que cumplió durante dos décadas.
Ella se vistió como una mujer bíblica en las procesiones durante 22 años a cambio de que la salud de su madre, Flor Lucina Vega Zúñiga, mejorara.
En el 2001, año que terminó su promesa, murió su madre, pero había pasado al menos cinco años con un estado de salud bastante bueno.
Doña Flor murió de un paro cardiaco, pero pese a eso Heidy continuó vistiéndose como mujer bíblica dos años más. Cerró sus participaciones en el 2003.
“En el dos mil uno dije hasta aquí, pero mi mamá murió en septiembre y decidí que me tocaba hacer la Magdalena. Al siguiente año, vestida de Magdalena, no pude decir lo que me tocaba, empecé a llorar y a llorar y la procesión siguió. En eso, una señora me agarró del brazo, me trajo agua, yo solo lloraba y me encaminó. Me decía que no llorara más”, dijo.
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Arce quedó muy agradecida con aquella señora y al día siguiente fue a la iglesia a buscarla y nadie sabía quién era. “Nunca la volví a ver y no sé quién es ella”, contó.
La mujer dice que disfrutó montones de las procesiones, las hizo en la León XIII de Tibás y que no son iguales a las de ahora.
“Antes había que aprenderse las palabras de los personajes y había más esmero, más detalles. Todas iban bien aplanchaditas, a mí, mi mamá me hizo los trajes, encamada y me los hacía. Ahora cada quien dice su propia vivencia, de violencia doméstica y otras cosas. No es igual”, dijo.