Doña Yolanda Fernández de Cofiño, doña Yoly, como le dijeron de cariño siempre los niños, falleció este 6 de setiembre a los 87 años y después de dejarle al mundo de los pequeñitos un gran invento: la cajita feliz de McDonald’s.
Doña Yoly nació en Chile el 29 de julio de 1934 y fue la visionaria que en 1974 puso el primer McDonald’s en Guatemala, eso sí, desde el inicio hubo un gusanillo que le picó y duro con los niños, no terminaba de gustarle cómo se relacionaban ellos con la comida.
McDonald’s nació en San Bernardino, California. Algunas de sus buenas ideas a través del tiempo fueron creadas lejos de Estados Unidos, por ejemplo, el menú más comprado en todo el planeta para los niños, lo que los gringos conocen como Happy Meal, cajita feliz, que vio la luz en Ciudad de Guatemala.
“En Guatemala nadie conocía realmente a McDonald’s cuando empezamos. Así que no sabían qué era una Big Mac y como realmente no entendían el nombre de los sándwiches, veías a un niño tratando de terminar una Big Mac. Entonces pensé que debería haber una comida más pequeña para que un padre ordenara lo que un niño pudiera terminar”, le dijo doña Yoly hace varios años al periódico estadounidense Chicago Tribune.
No fue en el 74 que doña Yoly inventó la cajita feliz, pasaron como tres años. En aquel tiempo se servía el menú en bandeja y no en cajita como estamos acostumbrados en estos tiempos.
La empresaria cogió valor y se fue a Estados Unidos, al mismitico Chicago, aprovechó una conferencia de mercadeo de McDonald’s a nivel mundial y presentó la cajita feliz.
Idea mundial
Claro, en su pensamiento era una idea para poner en práctica en Guatemala, tal vez Centroamérica, lo que jamás imaginó es que los ejecutivos mundiales de la franquicia quedaron tan encantados con su propuesta que dieron la orden de que todos los restaurantes del mundo tuvieran cajita feliz.
Por ahí de 1977 la idea de la chilena-guatemalteca traía hamburguesa, papitas, la Coca-Cola, un helado y era la mismísima doña Yoly la que compraba los jugueticos en el mercado central de Ciudad de Guatemala.
Junto a su esposo, don José María Cofiño, fue una fiel e incansable trabajadora en el restaurante de comidas rápidas. Su amor por los niños no solo le alcanzó para inventarse la cajita feliz, sino que también fue quien inventó, y otra vez el mundo lo celebró y aplicó su idea, las fiestas de cumpleaños en los McDonald’s.
Esas dos grandes ideas para todo el planeta, le valieron a doña Yoly ganarse el máximo reconocimiento que un trabajador de la franquicia puede recibir, el Ronald de Plata, que es un premio tan valorado como lo son los Oscar para el cine.
Doña Yoly nos dejó, pero su más grande felicidad de la vida sí pudo convertirla en realidad, construyó la primera Casa Ronald McDonald en Guatemala para ayudar niños enfermos de cáncer. Hizo la primera en 2005, otra en el 2009 y una más en el 2013.
“Desde Costa Rica enviamos nuestras más sinceras condolencias a la familia Cofiño y expresamos nuestra admiración al legado que nos deja doña Yolanda, un ejemplo a seguir para miles de generaciones futuras”, expresó McDonald’s de Costa Rica.