La prestigiosa revista internacional National Geographic, para su edición de noviembre, se concentró en ubicar la felicidad, no les importó recorrer el planeta entero pero tenían que encontrarla. Y así lo hicieron, resulta que para ellos la felicidad está pasándola puras tejas en Costa Rica, Singapur y Dinamarca.
“Aquí están los lugares más felices del mundo”, es el titular de la publicación que para justificar por qué esos tres países son los más felices, entrevistaron a alguno de sus ciudadanos. En Tiquicia le realizaron una amplia entrevista a don Alejandro Zúñiga, un tramero del mercado central de Cartago, que vende aguacates.
En don Alejandro la National Geographic confirmó que la felicidad sí existe. A la revista le sorprendió encontrarse a un ciudadano del mundo pero que nació en Costa Rica, tan alegre, a pesar de tener siete hijos con cuatro mujeres diferentes. Incluso, le destacaron que sea tan feliz a pesar de ser seguidor a muerte del Club Sport Cartaginés, que lleva añales de no ser campeón.
En la entrevista larga que le hicieron, don Alejandro los dejó con la boca abierta cuando les contó que hace unos tres años se pegó cincuenta millones de colones en la lotería y que un año después no tenía ni un cinco, porque le dio un millón al que le vendió el número, le dio un millón a sus amigos más cercanos y repartió el resto entre sus siete hijos.
Cuando sí se fueron de espalda los de la National fue cuando, después de confesar que ya no tenía ni un cinco de lo que se pegó en la lotería, don Alejandro les dijo: “No pudo ser más feliz en la vida”. Con este brumoso de la pura cepa confirmaron que la felicidad no pasa por el dinero y que sí pasa por pensar en los demás.
“Soy feliz porque lo tengo todo, como todos los días, tengo muchos amigos, disfruto la vida, tengo una muy linda familia, amo mi trabajo y disfruto cada instante que Dios me permite vivir. La felicidad no está en el dinero, está en las pequeñas cosas de la vida”, nos dijo don Alejandro este jueves 26 de octubre, en pleno mercado central brumoso, cuando se dio cuenta que la revista ya comenzó a venderse en todo el mundo y que su rostro será conocido en todas partes.