El papa Francisco nombró ayer al padre Juan Miguel Castro Rojas como obispo de la diócesis de San Isidro del General.
Actualmente el padre Castro es el cura de la parroquia de San José de Aguas Zarcas en San Carlos, tiene 55 años y es nativo de Concepción de Naranjo.
A partir del 25 de enero se convertirá en el quinto obispo en la historia de la diócesis de San Isidro de El General, cuando sea ordenado por monseñor José Manuel Garita, presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Ciudad Quesada.
El padre Castro contó en una entrevista para radio Santa Clara (www.radiosantaclara.cr) que asistió a la escuela Presbítero José del Olmo y al colegio de Naranjo y que desde que tenía ocho años sabía que sería sacerdote.
Recuerda que creció chiroteando entre los cafetales de Naranjo, pero sin descuidar el estudio ya que era un alumnos con notas de 100 corrido.
“En la escuela cuando me preguntaban qué quería ser cuando fuera grande, mi respuesta siempre fue: ‘yo quiero ser sacerdote’. Nunca en mi vida se me apagó la inquietud de ser sacerdote”, contó el padrecito.
Él es hijo de don Enrique Castro Rodríguez, un campesino de la pura cepa quien en el próximo mes cumple 93 años, y de doña Miriam Roas Sancho, quien cumplió 79 años en octubre. Castro tuvo tres hermanos.
Castro comentó que su tío, el sacerdote Eladio Rojas Sánchez, quien tiene 61 años de ser cura, le sirvió de inspiración.
“Él (tío) y mis papás, siempre fueron mi fuente de inspiración para mi vocación (sacerdotal). Crecí en un ambiente familiar muy cristiano, de valores morales y espirituales.
“Mis queridos papás siempre nos enseñaron con su testimonio el amor a Dios y mi tío fue motivación muy cercana para la vida sacerdotal”.
El padre Castro recordó que durante sus vacaciones visitaba al tío Eladio y lo acompañaba a diferentes iglesias para celebrar misa, ya que en 1985, entró al Seminario Nacional y fue ordenado sacerdote el 1 de diciembre de 1990.
“La etapa del Seminario para mí fue extraordinaria, de gran amor a Dios, en donde recibí una doctrina moral, espiritual y humana de parte de sacerdotes formadores extraordinarios”, asegura.
Castro fue vicario parroquial dos años en la parroquia de Ciudad Quesada y un año fue párroco en La Fortuna. Cuando nació la diócesis de Ciudad Quesada, monseñor Ángel San Casimiro le pidió ser párroco en la Catedral y ahí estuvo por 19 años. En enero de 2022 cumplirá seis años como párroco en Aguas Zarcas.