El Gobierno daría a los autobuseros una “ayudita” para evitar que el monto de los pasajes se dispare, a causa del alza de los combustibles por la invasión rusa a Ucrania.
Los pasajeros lo agradecerán, pero sobre todo los lautobuseros a quienes les caerían del cielo $200 millones que saldrán de un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica.
Así lo confirmó este martes en la Asamblea Legislativa el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, quien detalló que como la ayuda no se puede trasladar en forma directa a los pasajeros la chochosca llegará a los empresarios.
Ahí es donde la chancha tuerce el rabo porque históricamente los autobuseros se han hecho gato bravo con el cobro electrónico por una razón muy simple. Este sistema diría con precisión de cirujano cuantos pasajeros usan las distintas líneas de buses, y así el monto de los pasajes se establecerían de una manera justa, transparente.
Sin embargo, eso no ha ocurrido ya que son los propios empresarios los que dicen cuanta gente movilizan y al reportar que trasladan poca gente, aunque vaya guindando de las puertas, dirán que tienen costos de operación muy altos y la ARESEP les subirá las tarifas. Así o más sabroso.
Por ahí iría la procesión con la repartición de esos $200 millones. Recordemos que en el 2015, la Aumentadora contrató al Programa de Investigación en Desarrollo Urbano Sostenible (Produs) de la UCR auditorías que detectaron grandes diferencias entre el número de pasajeros contabilizados y los reportados por algunos transportistas.
Las auditorías debieron servir para acelerar el cobro electrónico, propuesto desde el 2014, pero, pasados ocho años, muy poco se ha avanzado. ¡Provecho con esos $200 millones!