El tema de la gasofia está explosivo. Los gasolineros este lunes se opusieron al proyecto de ley, promovido por el gobierno, que busca minimizar los efectos del elevado pecio de los combustibles, situación agravada por la invasión de Rusia a Ucrania.
La propuesta es reducirles, de manera temporal, 25% el margen de ganancias.
Los gasolineros advirtieron que esto los obligaría a cerrar ya que, enfatizan, el gobierno desconoce el teje y maneje de su negocio.
El 11 de marzo Recope pidió un nuevo garrotazo, que acerca el litro de gasofia al rojito. La súper llegaría a ₡909, la Plus 91 a ₡889 y el diésel a ₡845.
El Consejo de Transporte Público advirtió que el aumento “podría ocasionar una paralización del transporte público”.
Mientras todos estamos a puro té de tilo, la discusión que hay en la Asamblea Legislativa es que los números no cuadran con los gastos reportados por la independiente Ivonne Acuña y la liberacionista María José Corrales, con los 500 litros gratis que tienen al mes.
Como la plata que les dan para combutible si no la gastan se acumula, pero al final de los cuatro años deben devolverla, llama la atención que Acuña pagara de golpe, a inicios de marzo, ¢3,2 millones que le habían vendido fiados.
Es díficil entender cómo acumuló esa deuda si en mayo del 2021, recibió ¢353.000 pero solo gastó ¢189.000. En junio, recibió ¢367.000 y gastó ¢101.000. A ese ritmo la acumulación de ¢3,2 millones en deuda habría tardado año y medio si nunca hubiera pagado ni una tejita al contado, pero sabemos que sí lo hizo. El caso de la diputada Corrales es parecido.
Mientras todos nos raspamos el bolsillo, los diputados deberían entender que la Magdalena no está para tafetanes.