¿No quería pollo? El popular dicho le queda como anillo al dedo al Consejo Nacional de Producción (CNP).
Resulta que los hospitales de la Caja están obligados a comprar alimentos al CNP que, de repente, exigió cobrar hasta un 73 % en las carnes de res y cerdo. Los hospitales se le plantaron y como resultado, desde noviembre, pasan apuros para que los pacientes y funcionarios coman carnita.
El alza promedio pretendida es del 30,5 % en los hospitales del sur del país y entre un 22 % y un 32 % en otras zonas.
Las explicaciones del CNP son apenas para quedar en coma.
A los hospitales les dijeron que el alza se debe al aumento en la gasofia, en el costo de la carne en los mercados internacionales y a la crisis de contenedores, pero no les ofrecieron datos precisos para justificar el alza en las diversas regiones del país, dijo Giselle Rojas Núñez, directora administrativa y financiera del Hospital Nacional Psiquiátrico, encargado de los contratos con el CNP.
Verónica Obando, jefa de contratación administrativa del Psiquiátrico, detalla: “Ellos mandan un oficio diciendo que ahora van a regir estos nuevos precios (...). El oficio no tiene sustento de nada. Ellos nada más dicen que, por ejemplo, si antes la carne valía ¢3.000, ahora vale ¢5.000. ¿En qué se fundamentan para eso?”.
El CNP tiene un mercado cautivo, es decir, o le compran o le compran. No se siente obligado a rendir cuentas ni a dar explicaciones. Por eso, entrega productos en mal estado a las escuelas sin temor a perder el contrato. Por eso, cobra muy por encima de los precios de mercado hasta a la Fuerza Pública.
Las consecuencias las sufren pacientes, personal hospitalario, estudiantes en los comedores o los policías. Pero en el CNP sí comen pollo.