Recuerdo el viejo refrán: “Lo que no has de querer en tu casa lo has de tener”.
Traigo a colación el asunto al repasar el sufrimiento del pueblo brasileño, mientras moría de covid-19, “guiado” por el desalmado presidente Jair Bolsonaro quien no cree en la pandemia.
Donald Trump también tuvo un pésimo manejo de la crisis sanitaria en Estados Unidos. Ambos mandatarios, para mí repugnantes, llevaron a politizar un tema de salud pública en el que jugaron con millones de vidas.
Y esta lamentable situación nos alcanzó a los ticos, un pueblo tradicionalmente respetuoso de nuestras autoridades sanitarias.
“Ya se politizó el tema algo que Costa Rica había evitado y que en otros países ha causado enormes problemas. Por ejemplo, en Estados Unidos, México o Brasil. La otra cosa que me preocupa es que esto demuestra una especie de menosprecio hacia la salud pública, como que no es importante. Lo importante son otras cosas, quedar bien con ciertos sectores o quién sabe qué”, denunció el destacado demógrafo Luis Rosero Bixby.
Y Rubén Hernández, experto abogado constitucionalista, hizo su aporte. Calificó de ilegal el decreto firmado por el presidente, Rodrigo Chaves, para eliminar la obligatoriedad de la vacunación sin tener un criterio científico de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología.
Según el jurista, el mandatario se habría atribuido potestades que no posee al saltarse el procedimiento establecido por ley sobre las vacunas.
La Unión Médica Nacional también está en pie de lucha. Luego de la alegría que sentí cuando llegó la vacuna contra el covid-19, con la cual muchos soñaron pero no pudieron recibirla porque fallecieron, me llena de pena y vergüenza lo que estamos viviendo.