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OPINIÓN: Una olímpica reflexión a raíz del inicio del campeonato de bola

Si no somos nada en fútbol, con el apoyo a manos llenas que recibe este deporte, ¿cómo nos atrevemos a cuestionar a los deportistas que están en Tokio?

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Luciana Alvarado, juegos olímpicos, Sheryl Reid, entrenadora y mamá
Luciana Alvarado ha sido guiada con gran esfuerzo por su mamá y entrenadora Sheryl Reid. (CON)

A propósito del campeonato de bola, que comenzará este martes, se vale hacer una pregunta: ¿qué hemos ganado a nivel internacional?

Los únicos grandes favorecidos son los futbolistas, como casta privilegiada, y ni qué decir los que logran pegarla en el extranjero. Son beneficios estrictamente a nivel privado, de sus familias, representantes y clubes.

Los que sufren en las gradas no reciben nada más que rajar tontamente con sus ídolos.

Nuestra federación, mal dirigida desde siempre, fue fundada hace una teja de años, en junio de 1921. En un siglo de patear bola oficialmente fuimos al primer Mundial 69 años, en Italia 90 y lo más grandioso fue Brasil 2014, fuimos eliminados en cuartos de final por Holanda.

En Juegos Olímpicos, en fútbol, en los últimos 41 años Costa Rica solo ha tenido tres participaciones, Moscú 1980, Los Ángeles 1984 y Atenas 2004. ¿Alguna medalla? por supuesto que no.

Y con esos antecedentes en el deporte al que se le da todo, la gran mayoría de los ticos no usa la misma vara para medir y de una forma grosera e irreflexiva critican a la gimnasta Luciana Alvarado, y en especial a su mamá y entrenadora Sheryl Reid, quien con toda honestidad dijo que en Tokio es imposible ganar una medalla.

Ellas viajaron, como la mayoría de la delegación tica, con el mínimo apoyo y con gran sacrificio a nivel privado.

Si no somos nada en fútbol, con el apoyo a manos llenas, cómo nos atrevemos a cuestionar a los deportistas olímpicos. La misma Dixiana Mena, mamá de las atletas Andrea y Noelia Vargas, se hizo entrenadora para poder guiar a sus hijas. ¡Gracias campeones!

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