Las risas y la imaginación se apoderaron de los pasillos del Hospital Nacional de Niños este viernes, cuando un remolque llegó con 500 caballos de todos los tamaños, colores y diseños que se pueda imaginar, para levantarle el ánimo a los pacientes del centro médico.
Esta es la quinta vez que se organiza un tope en que los caballitos de palo se fueron a encontrarse con los niños, para ir practicando el recorrido que iban a hacer en los pasillos y el jardín del hospi, con ayuda de la doctora Solución Salina 90-60-90, que los ayudaba a bajarse.
Los pequeños que consiguieron el permiso de sus doctores llegaron con sus gabachas azules y esperaron su turno para cabalgar a su nueva mascota y tomarse fotografías con los doctores, bomberos y los personajes del programa Juan Vainas y Chibolo, que se robaron el corazón de los niños.
Gracias al esfuerzo de los doctores y voluntarios de Hospisonrisas, decenas de niños disfrutaron de la actividad, inclusive los que estaban en sus habitaciones pudieron participar de actividades que se hicieron para los que estaban más malitos y no se podían acercar al molote que se armó en la entrada.
El desfile empezó después de las 10 de la mañana con la escolta de los bomberos y estudiantes del Colegio Británico de Costa Rica, quienes vigilaron que ningún caballo se portara mal y se saliera de la ruta.
Posted by HOSPISONRISAS COSTA RICA on Friday, May 25, 2018
“Estamos cumpliendo un año más celebrando con los chiquitos que les hace mucha gracia ver a los doctores vestidos de vaqueros", aseguró la doctor Olga Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños.
La jefa contó que les motivan mucho las sonrisas, porque están llenas de esperanza que muestra en los pacientes que no solo los distinguen como médicos sino como seres humanos que trabajan por ellos.
Entre música infantil y el sol los niños disfrutaron de las actividades que incluyeron pintacaritas, recorridos por los salones de los actores de "Los enredos de Juan Vainas y Chibolo", y espectáculos de los doctores sonrisas en compañía de don Alexánder Guerrero, Dedicado del Tope del 54 Aniversario.
"Para nosotros es un honor que nos hayan invitado, estamos muy conmovidos es una experiencia que recomiendo a la gente que venga y deje un poquito de alegría, porque en esto uno no solo la da sino que la recibe", comentó Juan Vainas.
Chibolo destacó lo bonito que es que en esta actividad se rescate una tradición tan bonita como los caballitos de palo, en una época en la que los niños solo juegan con cosas por internet.
En lugar de medir la fiebre, los médicos diagnosticaron alegría y felicidad que se respiraba entre todos los que se apuntaron, como los 17 bomberos de la estación central de San José.
Ningún caballito se quedó huérfano, porque también se regalaron a los niños que estaban esperando atención en la sala de emergencias y los que pasaron curiosos cerca de los portones que rodean el centro médico.