En medio de la pandemia muchos suelen darle prioridad al día a día y preocuparse más por las cosas del mundo que las de Dios, pero para otros la fe nunca muere y este es el momento ideal para demostrar con hechos su vida en Cristo.
Un ejemplo de lo anterior ocurrió en la catedral Metropolitana de San José se vistió de fiesta el pasado 8 de diciembre cuando se ordenaron cuatro nuevos sacerdotes: César Andrés Gonzáles Muñoz, Janne Rishor Villalobos, Esteban José Fernández Sánchez y German Eduardo Rojas Merlo.
El matrimonio con Cristo se realizó en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.
“Ustedes son llamados para gritar que el verdadero amor tiene como fuente a Dios mismo y se fundamenta a la verdad”, les dijo monseñor José Rafael Quirós.
Fue monseñor Quirós, obispo de San José, quien les impuso sus manos a estos cuatro servidores y realizó la Oración Consagratoria, en una celebración llevada a cabo bajo un estricto protocolo higiénico.
“Te pedimos, Padre todopoderoso, que confieras a este siervo tuyo la dignidad del presbiterado; renueva en su corazón el espíritu de santidad; reciba de ti el sacerdocio de segundo grado y sea, con su conducta, ejemplo de vida”, se dice en la Oración Consagratoria.
El nuevo sacerdote, Janne Rishor comentó que lo que vivieron previamente fue un proceso de identificación con Cristo.
“Le pedimos a Dios que nos ayude a ser sus pastores, según su santo corazón como lo dice el papa Francisco”, destacó Rishor.
Asimismo, el arzobispo les pidió acoger con amor y velar por los necesitados, marginados y discriminados, al igual que lo hizo Jesús.
“Su misión no es ser trabajadores sociales, eso lo hacen otros profesionales, sino ser trabajadores incansables de la justicia”, añadió el arzobispo.
Monseñor también les dijo a los nuevos curitas: “consideren providencial recibir el presbiterado en tiempos en que se han profundizado males sociales a consecuencia de la pandemia”.