Había que hacer algo para poder dividir a dos especies, por eso en una playa tica se tomó la decisión de poner jaulas, pero no para los animales, sino para los humanos.
En el Parque Nacional Manuel Antonio, el más visitado del país, ha visto como la cantidad de turistas que lo visitan crece y crece sin parar, por ejemplo, en el 2023 lo visitaron 478.068 personas.
Tanto turista ha provocado un problema entre ellos y los animales, sobre todo a la hora de la comida.
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Este problema provocó que un equipo del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis-UNA) vigilara todos los días la forma en que se relacionan humanos y animales y fue así como lograron una solución.
Uno de los principales problemas, de acuerdo con Laura Porras, académica e investigadora del Icomvis-UNA, era la alimentación intencional o accidental de animales, lo que provocaba comportamientos agresivos, dependencia de los humanos y un riesgo tanto para la fauna como para los visitantes.
Aunque se tomaron decisiones como la recolección diaria de residuos, el cierre del parque un día a la semana y restricciones en el ingreso de alimentos, los problemas humanos-animales con la comida continuaban.
“Por eso, nació una propuesta tan simple como innovadora: instalar jaulas para turistas. En octubre de 2023 se colocaron dos estructuras metálicas cerradas, una alrededor de la soda (que se instaló luego de la pandemia debido a la prohibición de entrar con comida) y otra junto a un área de mesas.
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“El turista entra, cierra, come ahí, todo adentro. El manejo de basura es interno y después sale sin comida”, explica la experta.
Los resultados demuestran que las relaciones humano-animales con la comida disminuyeron significativamente.
“Nos lo han constatado los mismos guardaparques, los guías y los turistas que han visitado el parque en varias ocasiones. El problema de los animales encima de la gente por comida se ha reducido muchísimo”, afirma la investigadora.
Lo que sigue es una campaña de concientización que explique claramente la función de las jaulas y eduque al visitante sobre el impacto de alimentar a la fauna silvestre.
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“Muchos turistas no entienden por qué hay una jaula. El parque debería estar difundiendo esa información. La jaula está ahí por una razón y se debe respetar”.